Ayer era el último día de las fiestas para la Comparsa de Gigantes y Cabezudos después de siete jornadas cautivando con su porte y sus bailes el corazón de un público infantil fiel e incansable.
A las 14:00h, tras la ronda por el casco viejo tafallés y los últimos valses en la Plaza de Navarra, la chiquillería se arremolinó junto a ellos para arroparlos en un acto multitudinario mientras esperaban a recoger ansiosos las botanas y balones que los kilikis tiraban desde el balcón del Ayuntamiento. Los Gigantes se hicieron pequeños, bajaron de su altura y recibieron las caricias y los besos de los más pequeños en un acto muy emotivo de despedida hasta el 20 de enero, celebración de San Sebastián.
Utzi erantzuna