Las cooperativas sostienen el territorio, contribuyen al equilibrio de la población, invierten en sus comarcas, unen fuerzas y se integran, investigan, animan las comercios y servicios locales, potencian la igualdad, llenan nuestras neveras de alimentos de cercanía, crean empleo estable para jóvenes y mayores, mantienen tradiciones artesanas, y hasta la animación a la hora del almuerzo. Porque más allá del valor económico que generan crean valor social. Son auténticas agroalimentador@s.
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