El actual retén de 17 bomberos se reducirá a 8 durante la noche

Cara norte en el monte de Pueyo
Personal del Guarderío Forestal y técnicos de la Dirección General de Medio Ambiente y Agua del Gobierno de Navarra inspeccionaron ayer detalladamente las masas forestales afectadas por el incendio declarado el pasado jueves al norte de Tafalla. En el plazo de 48 horas se espera disponer de una valoración que permita conocer el grado de afección, las posibilidades de regeneración natural y los lugares donde será necesario adoptar medidas de restauración del arbolado, s egún informa el Gobierno de Navarra.
La semana que viene está prevsita una reunión con los ayuntamientos afectados con presencia de la presidenta del Gobierno de Navarra, Uxue Barkos, y las consejeras de Presidencia, Justicia, Interior y Función Pública, María José Beaumont, y de Desarrollo Rural, Isabel Elizalde.
El incendio se mantiene estabilizado, con reavivamientos esporádicos de restos humeantes que son apagados por los 17 bomberos de los parques Central y de Tafalla que integran el retén que actualmente vigila la zona afectada por el fuego, aunque en un caso ha sido necesaria la intervención de la BRIF. El retén que permanecerá durante la noche se reduce a 8 bomberos, dos autobombas y dos vehículos ligeros.
Los terrenos afectados por el incendio pertenecen a los términos municipales de Añorbe, Artajona, Tafalla, Pueyo y Garínoain, y se trata de tierras agrícolas de secano, encinares y coscojares, formaciones de matorral y repoblaciones de pino alepo y en menor medida de pino laricio.
Desde el Departamento de Desarrollo Rural, Medio Ambiente y Administración Local se considera “impresionante” la cantidad de personas, empresas, asociaciones, organizaciones, etc. que se pusieron a disposición del operativo de manera voluntaria, y destaca “la gran cantidad de agricultores que trabajaron en el incendio poniendo a su disposición no sólo sus tractores sino su conocimiento del terreno”.
Considera además que la menor presencia de una ganadería extensiva “implica no solo importantes afecciones en este sector sino también al estado y conservación de las masas forestales, las formaciones de matorral y los pastos. La reducción de la carga ganadera no solo tiene un afecto directo y negativo en cuánto a la presencia de más combustible en el terreno sino que además implica la reducción de ciertos hábitats ya que una vegetación es invadida por otra, poniendo también en riesgo valores ecológicos de alto valor”.
Por todo ello, el Departamento afirma que “es necesario considerar una gestión integral y global del territorio, incorporando todos los factores que sobre el actúan, incluyendo conceptos vinculados a la adaptación al cambio climático y a los modelos de desarrollo sostenible vinculados al medio”.
Deja un comentario