De premio campamento
Era el año 92 y la atención mediática de aquel entonces se centraba en la celebración de las Olimpiadas de Barcelona. En ese mismo año a un grupo de voluntarios de Cáritas Tafalla se les ocurrió organizar en el verano un campamento urbano de integración social, como colofón al trabajo de apoyo escolar con alumnado en situaciones desfavorecidas que desarrollaban durante el curso escolar en los diferentes centros educativos de la localidad. Aquel primer campamento fueron unas jornadas en la plaza que, emulando el espíritu olímpico que imperaba, llamaron “Las 12 pruebas de Asterix y Obelix” y con estos personajes vino el nombre, Tafallix. “En aquella primera edición, además de la organización general junto a Coro Lucea, Juan Carlos de la Riba o Sonia Iso, entre otros, yo tuve un cometido muy especial”, se ríe Esther. “Me ocupé de hacer en el horno de la panificadora San Sebastián los bollos de leche para la merendola del último día de campamento. 600 bollos recién hechos, que se dice pronto, son los que he llegado a elaborar en aquellos primeros años del Tafallix”, señala.
Texto: Agurtzane Berrio
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