Sin dejar de dar la más sincera bienvenida a los altos cargos responsables de la UGT, que después de 40 años sufriendo un “coma” similar a un largo despiste del que han despertado oportunamente, poniéndose en manos de los nuevos “terapeutas” de la memoria histórica, cuyo tratamiento consiste en asegurar una memoria tranquila y hasta provechosa que subsane esa “amnesia global transitoria” provocada por la Transición a la Restauración Borbónica en los partidos sistémicos de izquierda y sindicatos como la UGT, saludamos que recobren la memoria de los suyos… por fin.
Tras cuatro décadas, la UGT rinde merecido homenaje a los navarros fundadores y dirigentes del que fuera sindicato combativo en la República, asesinados en 1936 por el Fascismo y olvidados en la fosa común del Alto de las Tres Cruces de Ibero hasta el día de hoy. Nosotros, familiares de los que fueron asesinados y enterrados en esa fosa y en otras muchas que conforman el gran cementerio clandestino que siembra de dignidad mutilada nuestra Navarra, os hemos estado esperando vanamente desde 1978, cuando comenzamos pueblo a pueblo la “Operación retorno”.
En aquel tiempo no había activistas de la memoria, sólo gente comprometida y solidaria que nos ayudó venciendo el miedo. Siguieron décadas de olvido pactado y de ausencia, incomprensible para nosotros que recordábamos año tras año junto con las viudas, hijos e hijas y hermanos y hermanas – muchos de ellos ya tristemente desaparecidos- a todos los fusilados, ya fueran de la UGT, de la CNT, de Izquierda Republicana, abertzales… más de 3500 navarros exterminados sistemáticamente, de los cuales 1300 eran de la UGT.
En la Dictadura fue prohibido hasta el recuerdo de su existencia. Después llegó la amnesia “democrática”, y su nombre y su historia siguieron silenciados bajo tierra. Nunca coincidimos con vosotros denunciando el genocidio franquista, ni su herencia. Inauguramos el parque de la Memoria de Sartaguda y brillasteis por vuestra ausencia.
Por fin, en el 2015 hacéis acto de presencia con una marcha a la fosa del Alto de las Tres Cruces. Los que para vosotros son personalidades destacadas de la UGT, ciudadanos ejemplares, para nosotros son pueblo, colectivo, clase obrera, luchadores sociales, demócratas exterminados por el bando de derechas que quería “extirpar un cáncer”, cuando el tumor cancerígeno para la clase obrera y para toda la sociedad navarra fueron ellos durante 40 largos y oscuros años de Dictadura franquista, la más larga y cruel de Europa.
En vuestra visita a la fosa de Ibero el 14 de abril dijisteis: “Hace ya mucho tiempo que la UGT de Navarra tiene una deuda simbólica con los familiares de nuestros sindicalistas, asesinados en el periodo de la Guerra Civil española, es verdad que siempre hemos estado con nuestro pensamiento y nuestra solidaridad con todos ellos, pero nunca desde la UGT de Navarra, habíamos organizado un acto público para homenajear a estos compañeros y sus familiares, por ello queremos remarcar la importancia de este acto” (sic). Es cierto, tenéis una deuda contraída con los familiares y con toda la sociedad navarra, pero no tiene nada de simbólica, es más bien una cuenta pendiente con la historia. Hoy, la consecuencia de recobrar la memoria, aunque sea tardíamente para un sindicato como la UGT, no debería quedar en un homenaje que limpie la conciencia o subsane errores del pasado. Recoger esta herencia va mucho más allá, porque supone la lucha comprometida por la libertad, la igualdad, la democracia y la República, la lucha honrada y comprometida por los trabajadores navarros.
Firman:
Soraya López Zufía, nieta de Pedro Zufía, de la UGT, asesinado a los 36 años y enterrado en la fosa de Ibero.
Jesús Nieto, familiar de Jesús Nieto Suescun de la CNT, asesinado a los 20 años y enterrado en la fosa de Ibero.
Pedro Ibáñez García familiar de Jesús, Félix y Santos García García, de la UGT, asesinados a los 35, 33 y 24 años y enterrados en las fosas de Ibero, Artajona y Undiano.
Vicente del Río Tabar y Francisco del Río Molinero, familiares de Victorino del Río Tabar, de la CNT, asesinado a los 18 años en Valcardera.
José Luis García Munárriz, familiar de José Munárriz Suescun, de la CNT, asesinado a los 24 años en Artajona.
Juan Vicente Lizarraga Lamberto, familiar de Vicente Lamberto Martínez de la UGT, de 55 años, asesinado en Iruñuela, y de su hija Maravillas Lamberto Yoldi de 14 años, violada salvajemente y asesinada junto con su padre en Iruñuela.
Todos pertenecen a la Asociación Maravillas Lamberto, florecica de Larraga.
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