Problemas y soluciones derivados de una nueva organización urbanística
El pasado mes de julio concluyeron las obras que acometieron la pavimentación y la renovación de redes en la zona de San Isidro y sus calles aledañas. El proyecto tuvo unas dimensiones faraónicas, tanto por los tiempos de ejecución, la movilización de maquinaria, y la cantidad de metros de calles afectadas. Los resultados, sin embargo, no han dejado a nadie indiferente. Lo más destacable a simple vista ha sido la amplitud de las nuevas aceras y la incorporación del carril bici a la calle San Isidro, lo que ha supuesto la pérdida de 87 plazas de aparcamiento. Quienes tienen su residencia en la zona se dividen entre quienes comprenden que la nueva distribución urbanística responde a los nuevos modelos sostenibles aplicados en buena parte de ciudades, y quienes plantean serias dudas sobre lo práctico de la nueva realidad resultante tras las obras. En cualquier caso, son los comerciantes de las calles afectadas quienes más preocupación han mostrado por el resultado final de las reformas, habida cuenta de que la pérdida de plazas de aparcamiento, el carril bici, y el nuevo sentido de circulación en algunas calles condicionan, y no poco, su actividad económica diaria. Se han organizado en diversas reuniones para transmitir al Ayuntamiento soluciones como la creación de una rotonda en la interconexión de la calle San Isidro con la calle Ábaco, el cambio de sentido de la calleja de Madre Nicol con San Isidro, o la habilitación de plazas de aparcamiento de duración limitada cerca de los comercios para facilitar que la clientela pueda estacionar y comprar en sus establecimientos.
El proyecto
La denominación propia de las obras fue “Pavimentación y Renovación de redes en calles San Isidro, Marcilla, San Francisco, Trasera San Francisco, Falces y Olite”, y fueron promovidas por el Ayuntamiento de Tafalla en colaboración con la Mancomunidad de Mairaga. El pleno del Ayuntamiento, reunido en sesión extraordinaria el 8 de enero de 2019, adjudicó el contrato de las obras a la empresa Construcciones Mariezcurrena S.L. por un importe de 1.137.956,05 euros IVA excluido, financiado parcialmente por el Gobierno de Navarra con cargo al Plan de Inversiones Locales 2017-2019.
La actuación tuvo como objetivo la renovación de las redes de distribución de agua potable y saneamiento de aguas fecales, con la sustitución de redes unitarias por redes separativas e instalación de contadores, todo ello dentro del casco urbano consolidado por la edificación. Asimismo, llevó a cabo la pavimentación de vías públicas, incluyendo la obra civil de canalizaciones subterráneas relativas a suministros domiciliarios de telecomunicaciones, energía eléctrica y alumbrado público. Igualmente, se habilitó un carril bici que discurre desde la calle Cuatropea hasta la calle Ábaco por la calle San Isidro.
¿Qué opina el comercio?
María Salaberri, dependienta del estanco San Isidro
A nosotras el transcurso de las obras no nos afectó demasiado, teniendo en cuenta que el acceso a nuestro local se mantuvo en condiciones aceptables dentro de los inconvenientes propios de las obras. Además los trabajadores de la empresa fueron muy amables, ayudando a la gente a pasar por las plataformas habilitadas y a cargar con sus bolsas de la compra. Recuerdo que un día uno de los camiones que realizaban las obras no podía entrar en la calle porque se lo impedía el coche de una persona que estaba comprando, y esperaron a que apareciera para quitarlo sin llamar a la policía y sin quejarse, sabiendo que sus labores estaban afectando a algunos comercios y a muchos vecinos. Lo que sí nos ha afectado bastante es la pérdida de lugares en los que estacionar, pues la creación del carril bici complica a los clientes entrar a hacer compras rápidas o a echar la lotería. Por si fuera poco, la policía local ha estado muy pendiente de los coches que paraban para comprar y sancionarles, generando malestar entre la gente y consiguiendo que algunas personas se lo piensen a la hora de volver. Los comercios de la calle San Isidro nos hemos reunido para plantear una serie de propuestas al Ayuntamiento que nos permitan desarrollar nuestra actividad atendiendo a las demandas de los clientes.
Luis Martínez, propietario de la carnicería Zabalza
Las obras han supuesto un auténtico quebradero de cabeza para algunos comercios de la zona. Por ejemplo, al propietario de la carnicería Luis, en la calle San Francisco, le ha servido como puntilla para cerrar la tienda, pues se quedó completamente encajonado en mitad de las obras. El problema que veo es que mucha gente que venía de otros pueblos para hacer la compra tiene ahora problemas para aparcar, por culpa de las 87 plazas de aparcamiento que se han perdido en toda la zona. Con la nueva distribución de las calles tienen que irse a aparcar casi hasta el campo de fútbol y cargar con las bolsas, lo que al final acaba empujándoles a comprar en las grandes superficies, donde no existen este tipo de problemas. Los comercios de la zona nos hemos juntado para intentar conseguir que se habiliten plazas de aparcamiento de 15 minutos de duración máxima cerca de nuestros establecimientos, algo que ya ocurre en otras localidades, para que así la gente pueda parar a comprar y luego marcharse. También hemos pedido que el sentido de la calleja de Madre Nicol que hace esquina con San Isidro vuelva a su sentido original, pues el cambio de circulación que le han aplicado parte el barrio en dos, y la gente que viene de esa dirección tiene que irse muy lejos para acceder a la calle San Isidro. Por otra parte, el carril bici ha complicado mucho la labor de los distribuidores, que tienen que parar lejos de los locales en los que hacen las descargas. En mi caso, he solicitado a nivel individual la creación de un área de carga y descarga cerca de la carnicería.
Alfonso Labat, propietario de Coviran Hermanos Labat
La verdad es que las obras han creado algunas molestias en el vecindario, pero por otra parte es lo habitual cuando se emprenden obras de estas dimensiones. Nuestro principal problema ha sido sobre todo con los camiones de los proveedores, que no podían acceder al establecimiento y tenían serias dificultades para traernos los productos. Hay que decir sin embargo que la empresa se ha portado muy bien con nuestra clientela, ayudándoles a cargar las bolsas entre las calles levantadas y a acceder a lugares a través de plataformas provisionales. Por lo demás, estamos viendo qué sugerencias podemos ofrecer al Ayuntamiento para solucionar los problemas que vemos. De lo que se trata es de que la nueva organización urbanística, aún siendo necesaria, no afecte a nuestra actividad diaria, pues es nuestro trabajo y la forma de ganarnos la vida.
Inma Ciérvide, propietaria de Alimentación Agrotafalla
Por suerte para nosotros, tenemos un acceso trasero a la calle Caparroso por el que ha estado entrando la gente mientras ha durado la obra, y por eso el transcurso de la misma no nos ha afectado especialmente. Estamos de acuerdo en que cuando las calles no están en condiciones hay que acometer reformas para mejorarlas, pero el resultado de esta obra ha sido muy decepcionante. Para empezar, tanto la ubicación del carril bici como la dirección de la calleja de Madre Nicol que da a San Isidro, se han efectuado sin contar con la opinión de los vecinos y los comerciantes de la zona. Por no hablar de los aparcamientos. A nuestra tienda viene mucha gente de la comarca a comprar, pero ahora se lo piensan por las dificultades que encuentran a la hora de aparcar. Hace unos días una clienta de Mendigorría vino a por 20 kilos de tomates, y tuvo que aparcar a varias manzanas. Hasta que no encontró un hueco en la calle no pudo parar a recoger la caja, porque si pisas un vado o cortas el carril bici te enfrentas a una posible sanción. Otra gente directamente no se ha acercado en todo el tiempo que ha durado la obra y han vuelto una vez concluida. Lo único que pedimos es que se escuchen las sugerencias que planteamos para que los comercios de la zona no vean afectada su actividad por una mala organización urbanística.
Feli Arrondo, propietaria de la farmacia San Isidro
El principal problema que vemos es que la calle San Isidro ha quedado completamente aislada, porque los propios sentidos de la circulación te alejan de ella llevándote hasta la rotonda del Hotel Hola Tafalla, y teniendo que dar la vuelta posteriormente para poder acceder a nuestra calle. En este tipo de barrios, a diferencia de lo que ocurre en el centro, cuando un establecimiento cierra ya no vuelve a abrir, por lo que consideramos necesario atender a las sugerencias que hacemos desde los comercios para intentar buscar puntos de acuerdo que solucionen esta nueva realidad. Lo que sí nos gustaría es agradecer su actitud y su apoyo a toda la gente que ha venido a comprar mientras se estaban realizando las obras, teniendo en cuenta que los accesos a nuestros comercios estaban seriamente limitados.
Javier Zabalza
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