Bajo el lema “Trabajo, vida y pueblo digno”, decenas de personas han secundado la convocatoria del sindicato LAB en este Primero de Mayo y se han manifestado este mediodía por las calles de Tafalla.
La comitiva ha partido de la plaza de Navarra tras la pancarta que reclamaba “Soberanía desde la izquierda. Lan, bizi, herri, duina” y se ha dirigido por la Avda. Severino Fernández hacia la c/ García Goyena, Mayor, Arturo Monzón y vuelta a la Avda. Severino Fernández para finalizar en la plaza de los Fueros o placeta de las pulgas en donde ha habido tres intervenciones.
En nombre de pensionistas y personas jubiladas han recordado las importantes movilizaciones que se están llevando a cabo en reivindicación de los derechos que les corresponden y que se están recortando para salvar a la Banca, para cubrir las necesidades de reyes, para las eléctricas y empresas de telecomunicaciones que después abren sus puertas giratorias para pensiones blindadas de mucha clase política; para armamento o para grandes constructoras que les proporcionan suculentas mordidas.
Asimismo han denunciado el pacto del PNV con el PP para aprobar los presupuestos generales por el que se incrementarán las pensiones. Aun siendo positivo -han subrayado- no cumple con las reivindicaciones que exigen porque para la mayoría de los pensionistas que perciben 700 euros y menos es totalmente insuficiente.
En ese sentido desde LAB, han señalado que se promovió una iniciativa avalada por miles de firmas que no se llegó a tramitar al contar tan solo con el apoyo de EHBildu y Podemos. En ella se solicitaba el incremento anual del IPC, un salario mínimo profesional de 1.200 euros, reparto del tiempo de trabajo, estabilidad en el empleo, igualdad de oportunidades en el acceso al trabajo y en salario, fiscalidad suficiente y progresiva para mantener y mejorar las prestaciones sociales y otras.
Finalmente han llamado a continuar con la presión social y el poder de los votos para plantar cara al capitalismo salvaje.
La reivindicación feminista ha llegado de la mano del colectivo Garrasika “para dar voz a aquellas que por sus propias circunstancias no pueden alzarla. Queremos demostrar que no nos quedamos calladas ante la injusticia de nuestro entorno. Demostramos también que no estamos dispuestas a permitir que se nos remunere menos por el mismo trabajo; se nos esclavice en trabajos basura para multinacionales que nos acaban matando, tal como denunciamos en el aniversario de los sucesos de Rana Bangladesh, donde miles de mujeres fueron asesinadas por el capitalismo al derrumbarse la fábrica que las explotaba. Se nos infravalora en los trabajos domésticos, esos que nos han sido impuestos por el mero hecho de ser mujer, así como en otros ámbitos laborales igualmente feminizados: educación, sanidad, limpieza y otros. Se nos aplaste con el techo de cristal desde que nacemos, especialmente cuando decidimos quedarnos embarazadas; se nos silencie, ya que nuestras órdenes y aportaciones nunca suenan igual de alto que las de nuestros compañeros hombres. Nos gustaría dar un paso más hacia adelante, atacando una de las bases del sistema como es el consumo, planteándonos la adquisición de esas prendas tan baratas que vemos están manchadas con la sangre de aquellas mujeres a las que les salió más caro. Esto no puede quedar aquí. Estamos saliendo a la calle porque nos están quemando por dentro: mujeres asesinadas y juzgadas por una institución de justicia que se alimenta del patriarcado y no reconoce la violación de una mujer como tal. Hoy y el resto del año seguiremos saliendo a la calle porque no nos quedaremos calladas ni asustadas”.
En el 50 aniversario de mayo del 68, desde LAB, el sindicato organizador de la manifestación, han manifestado que se están dando condiciones para una alternativa general que se dará a conocer el 2 de junio. “Queremos construir una sociedad libre donde el interés particular de unos pocos no prevalezca sobre la voluntad de la mayoría” porque el cambio no viene solo y es futo de la movilización social. Se ha puesto el acento en la fuerte implantación social del movimiento popular en la ciudad y se ha reclamado empleo digno, garantizar un salario mínimo de 1.200 euros, jornada laboral de 35 horas para terminar con la brecha salarial y hacer frente a la privatización y la subcontratación.
Del mismo modo han adelantado que este mismo mes hay organizadas en Pamplona varias movilizaciones. El día 13 “Bizi eguna” contra el trabajo en festivo, por un ocio sin consumismo y en apoyo al pequeño comercio; el 26 por un sistema público de pensiones y el 30 por un marco propio de relaciones laborales.
Con el canto de La Internacional y Eusko Gudariak ha concluido este día marcado en rojo para la clase trabajadora de todo el mundo.
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