Querido tío Rodolfo, que pronto te fuiste
En el peor de los momentos. No pudimos acompañarte, ni pudimos acompañarnos en tu despedida. El COVID 19 es así de cruel, nos aísla hasta el punto de tener que llorar a nuestros muertos en soledad.
La vida te regaló estos últimos años, que viviste en la residencia de “Hermanitas” muy contento. ¡Incluso ibas a misa! Quien lo iba a decir…
Sé que fuiste muy feliz allí, por las conversaciones que teníamos. Salías a la plaza y, junto a José y demás amigos, siempre encontrabais el mejor banco para sentaros. Y allí hacíais la tertulia del día. Nunca faltaban contertulios. Hoy te echarán de menos, estoy segura.
Dar las gracias también a los amigos que te llevaban los domingos a ver a tu querida Peña Sport, tu gran pasión.
Me gustaría que vieras las muestras de cariño y de afecto que estamos recibiendo tu hermana Mariví, tu sobrina Raquel y yo misma.
Eras un hombre bueno, tranquilo y transmitías esa tranquilidad.
Solo decir que te queremos mucho y nunca te olvidaremos.
Con mucho cariño, tu sobrina Carolina.
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