Con estas palabras se despidió de la feligresía tafallesa José Manuel Pérez de Eulate, quien ha sido su párroco durante los últimos 13 años. La comunidad de las dos parroquias llenó la iglesia de Santa María en la última eucaristía celebrada por José Manuel acompañado por cinco sacerdotes. El Consejo Pastoral le dio las gracias por la labor desarrollada durante su estancia en la ciudad “y te dice adiós con pena pero contenta por haberte conocido”.
Los fieles le agasajaron con emotivas palabras en forma de poesía y en el ofertorio le entregaron una túnica de la romería a Ujué y 13 velas portadas por niños y niñas bautizados por José Manuel mientras la aurora le obsequiaba con su canto. Iñigo Beunza, el nuevo párroco, le hizo entrega de un ordenador en nombre de la parroquia.
José Manuel confesó sentirse abrumado, y en sus palabras de despedida, hizo alusión a la jota “Nunca me digas adiós”. Pidió perdón “por todo a donde no he sabido llegar” y dio las gracias a la feligresía, asociaciones, catequistas, hermandades porque ”sois gérmen de un mundo nuevo”. Su agradecimiento se extendió a los organistas, cantores, comunidad cristiana; a los grupos de personas que colaboran en Cáritas, que trabajan con los enfermos, con la gente más necesitada, a todos “los que me habéis hecho tan fácil ser pastor de la comunidad”. Tuvo palabras especiales para su sucesor y también para Angelito Bermúdez por su dedicación y servicio. “Sabes que te quiero mucho”, le dijo, antes de fundirse en un abrazo.
Por último, subrayó emocionado que “una comunidad tan dinámica y ejemplar, es un regalo inmenso para un sacerdote, pero también para la Iglesia. Perdón, gracias y hasta luego, os tendré siempre presente en mi oración” concluyó. Sus palabras fueron seguidas de una gran ovación.
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