Quienes somos de la Zona Media nos hemos criado a la sombra de Fagor. No por haber crecido en sus alrededores, sino porque todos y todas tenemos familia y conocidos trabajando en la fábrica, o incluso nosotros mismos hemos pasado por allí. En el caso de los tafalleses, esta realidad se multiplica por dos. Aquí, además, todo el mundo conoce de oídas la mayoría de las secciones e incluso algunas de las máquinas más ‘carismáticas’: moldeo, acabado, la Pangborn, machería, la Zimmermann, el cubilote; por no hablar de la mítica Zaranda, en la que he tenido la oportunidad de trabajar.
Sí, la antigua planta de Vitorio Luzuriaga ha estado unida inexorablemente a nuestras vidas desde hace más de medio siglo.
Parece incuestionable que Fagor es el motor económico de Tafalla y, por extensión, de la Zona Media. Pero no siempre ha sido así. En absoluto.
Analizar las diferentes fuentes de riqueza local a lo largo de los tiempos es un ejercicio histórico muy útil para comprender la evolución de los núcleos humanos. Tafalla ya era un núcleo notable del viejo Reyno.
Junto a Olite, conformaron el centro del poder navarro durante al menos un siglo: Olite aglutinaba a la Corte y a las instituciones regias, y Tafalla se encargaba de dotar de ocio y animación a sus miembros. Utilizando una analogía actual, serían como Washington y Nueva York respectivamente.
La influencia de este trozo de tierra ha crecido a la par del crecimiento de otros núcleos, especialmente Pamplona, Tudela o Estella. Nuestra fuente de riqueza ha sido siempre nuestra ubicación, nuestra equidistancia a todos los puntos clave de nuestro contexto geográfico. El símbolo máximo de esta realidad ha sido la rotonda conocida ahora como de ‘los gutis’ y el cruce de las
Recoletas, puntos en los que, vengas de donde vengas, puedes ir a donde quieras. No obstante, con la aparición de las nuevas vías de comunicación del siglo XX, este nexo de unión se desplazó unos cientos de metros hacia el sur.
Exactamente hasta la rotonda que hoy conocemos como ‘de la Tafallesa’. No podía ser más explicativo de todo esto que la Tafallesa, la referencia de la zona en el transporte de pasajeros en los últimos tiempos, coloque su garaje en este lugar. Este enclave, además, ha permitido el surgimiento en torno a él de un entramado empresarial, incluída la planta de Fagor. De manera que no sé si fue primero el huevo o la gallina pero a la vista de los hechos, parece claro que la ubicación de Tafalla es la gallina que puso a Fagor.
Javier Zabalza
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