Ansiedad, personalidad y rendimiento académico en alumnado de Educación Primaria. Este es el título de la tesis doctoral que el psicólogo y orientador educativo, profesor asociado en la Universidad Pública y en la actualidad jefe del Negociado de Orientación Educativa del Departamento de Educación del Gobierno de Navarra Ander Domblás García leyó ante el tribunal calificador de la UPNA. La lectura de su tesis en el pasado mes de enero puso fin a un trabajo de investigación de ocho años; la calificación cum laude fue la recompensa a este esfuerzo y la satisfacción personal de haber podido llevar a cabo un trabajo que, partiendo de su experiencia profesional con el alumnado, la más motivadora, su resultado revierte en ese mismo alumnado y en su proceso de aprendizaje, dando sentido a su trabajo como orientador.
Tomamos las fotografías en un paraje privilegiado en el que la silueta de Montejurra deja, por un lado, adivinar su Estella/Lizarra de nacimiento y por otro, el dibujo del cerco de Artajona indica su localidad de adopción. El trigo verde de mayo ribeteado del amarillo de las mostazas, la cruz de piedra escondida entre las hierbas, coscojas y tomillos en los lindes de los sembrados completan un paisaje relajante desde el cual serenar el ánimo y poder hacer frente a estados de ansiedad y tensión por una situación futura que está por venir.
¿Es esta ansiedad la que analizas en tu tesis?
Al hablar de ansiedad, el punto de vista más extendido es asociarlo a una dificultad o al estrés que produce la exigencia del día a día, y en este sentido puede valer ese efecto de la naturaleza para aplacar el ánimo. Pero en mi estudio he ampliado esa visión y la he interpretado como una emoción, como una respuesta adaptativa que implica una activación cognitiva, fisiológica y motora. Esta respuesta prepara al individuo ante una situación vivenciada como peligrosa, de especial dificultad o que puede acarrear consecuencias negativas. En principio, una cierta ansiedad así entendida, como respuesta, es positiva y puede mejorar la disposición de la persona para enfrentar una situación por lo que implica de activación. Pero en otros casos, niveles elevados de ansiedad pueden tener repercusiones negativas o abocar a situaciones de incapacidad para el desempeño de determinadas actividades.
¿Cómo se detectan estos niveles elevados de ansiedad?
Con manifestaciones cognitivas (tensión, inseguridad, falta de concentración, miedo, pensamientos negativos de inferioridad…), fisiológicas (palpitaciones, pulso rápido, ahogo, molestias digestivas, sudoración, dolor de cabeza tensional, tensión muscular, mareo…) y motoras (paralización, hiperactividad, tartamudeo, dificultades de expresión verbal, conductas de evitación o de escape, movimientos sin una finalidad concreta, torpes y repetitivos).
Texto: Agurtzane Berrio/Fotos: Mikel Berrio