El viaje en autocaravana está bien arraigado en Europa, y poco a poco va calando aquí como una alternativa más a la hora de disfrutar de nuestro tiempo libre y de ocio. Sin embargo, la autocaravana es mucho más que un simple medio de transporte. Turismo familiar, de naturaleza, sin límites… Una forma de viajar dónde, cuándo y cómo quieras. En Navarra, y sobre todo en la Zona Media, son más los municipios que apuestan por la creación de un área o parking específico. Nuevas dotaciones que han contado con el asesoramiento de Tximileta, la asociación navarra de turismo autocaravanista, presidida desde 2015 por el tafallés Félix Álvarez.
¿Qué persigue la asociación Tximeleta?
Desde la asociación trabajamos para que el turismo itinerante se contemple como una forma más de hacer turismo en Navarra, completando así la oferta de la comunidad. Y en esta línea estamos trabajando con los ayuntamientos para asesorarles en la creación de áreas de autocaravanas en puntos estratégicos y mejorar las ya existentes. Desde nuestra asociación, promovemos además concentraciones y quedadas para visibilizar, dar a conocer y fomentar esta forma de viajar.
¿Cuál es la situación del autocaravanismo en Navarra?
No es mala, pero hay mucho trabajo por hacer y ese es nuestro gran reto, aunque creemos que vamos por el buen camino. De hecho, hemos conseguido integrarnos en el Consejo de Turismo del Gobierno de Navarra y cada vez son más los ayuntamientos que se ponen en contacto con nosotros para buscar asesoramiento en la creación de áreas de autocaravanas.
Y todo esto ocurre en un momento en el que el autocaravanismo está en auge.
Cada vez somos más las personas que optamos por esta forma de hacer turismo y de entender la vida. Nos hemos constituido en un gran movimiento imparable, y las instituciones y agentes turísticos, tarde o temprano, nos van a tener en cuenta a la hora de establecer sus políticas. En un futuro próximo seremos un sector muy importante en el desarrollo turístico del país.
¿Qué ofrece el autocaravanismo?
Se trata de una forma de viajar mucho más elástica, en la que son innecesarias realizar reservas de hoteles o aviones con meses de antelación. Tú decides los horarios y la ruta, incluso tienes la flexibilidad de cambiarlos sobre la marcha, te acerca más a las costumbres de las diferentes regiones que visitas y también a las personas. Es un turismo más humano.
Yo comencé hace seis años, y me arrepiento de no haberlo hecho antes. Es como tener una casa pequeña pero con un jardín muy grande.
Ver texto competo en la revista La Voz de la Merindad de 1 de junio de 2018