Es una de las reflexiones que realizó Marcos Urarte en la jornada “Nuevas organizaciones, nuevas conciliaciones” organizada por la multinacional danesa ROCKWOOL en su planta de Caparroso y desarrollada el pasado jueves 16 de noviembre, en la que participaron más de una veintena de directivos y directivas de recursos humanos.
Urarte señaló que lo más característico del momento económico actual es la velocidad a la que se producen los cambios, con la incertidumbre que genera y que puede llegar a ser más peligrosa que cualquier riesgo habitual en el mundo empresarial. Por eso hacen falta líderes que sepan gestionar el talento y la dualidad entre los modelos de trabajo tradicionales -más especializados- y los nuevos, enfocados a “crear futuro”. Sabiendo que esta dicotomía genera un conflicto entre intereses, el ponente subrayó que las líneas de ejecución de ambos proyectos deben ser paralelas, “No pueden competir por los recursos”, matizó.
Decsribió la figura del líder actual como alguien “inconformista, que analiza la situación desde fuera y desde dentro de la empresa, comprendiendo lo que ocurre acompañado de un equipo con talento para tomar decisiones arriesgadas”. Porque “hecho es mejor que perfecto”, ha dicho el experto reproduciendo una frase del fundador de Facebook, Mark Zuckerberg. “Si una empresa no toma decisiones, el mercado y la competencia las tomará por ella. A largo plazo, son peores las decisiones que no se toman que las que se llevan a cabo porque, en el camino, siempre se aprende algo”, ha sentenciado.
En su exposición, Marcos Urarte, recalcó el papel que juega en estos tiempos la hiperconectividad y los Millennials (jóvenes nacidos entre los años 1980 y 2000) y el que protagonizarán lo que denominó “nativos digitale” que, en unos años, solicitarán otro tipo de demandas a sus empresas. “El resultado del trabajo de un equipo tiene que ser superior a la suma del que desarrollan sus miembros de forma individual”. Un incentivo que tiene que motivar el líder con determinación, visión de futuro, no ocultando la realidad ni los objetivos reales a sus subordinados, siendo ejemplar y mostrando un compromiso con el fin empresarial. “Dirigir empresas es ilusionar personas”, subrayó Urarte.
Roberto Martínez, director de la Fundación Másfamila, le relevó en la palabra sobre “La conciliación como valor estratégico”. Según Martínez, los empleados buscan una remuneración económica a fin de mes pero también conciliación. “Tiempo libre y calidad de vida. Junto con los salarios, son los dos factores de retención y atracción del talento”. La recompensa, el compromiso y la diversidad son tres factores que los directivos tienen que conjugar porque cada empleado es diferente y requiere una conciliación distinta.
Esa adaptación genera más carga de trabajo en estos departamentos pero“merece la pena”, aseguro Marilú Vicente, directora de Recursos Humanos de ROCKWOOL, la primera empresa en Navarra que cuenta con el certificado Erf de conciliación. “En 2007 nos planteamos cómo atraer al talento. La planta de Caparroso no parecía tan atractiva para posibles empleados como otras ubicadas cerca de Pamplona o Tudela, así que nos decidimos por implementar estas estrategias y funcionó”. La conciliación no fue fácil, pero una vez conseguido, la satisfacción es plena. Llevamos diez años trabajando con Fundación Másfamilia y todos los empleados nos transmiten cada año que continuemos con esta herramienta de trabajo”, concluyó antes de dar paso a una mesa redonda en la que se debatió cómo deben afrontar las empresas el relevo generacional.