Hasta el 12 de junio permanecerá colgada la exposición “Duelo” de Consuelo Ochoa, una muestra que fue presentada en mayo y que se ha prorrogado dada la expectación generada.
Las visitas dominicales guiadas por la autora han posibilitado una simbiosis entre el público y la artista que ha desnudado su alma y su corazón expresando sentimientos a los que nadie es ajeno, porque el duelo nos iguala ante la pérdida de seres queridos y las emociones fluyen cuando se ven reflejadas en el espejo de los demás.
Consuelo encontró su terapia en los lienzos y volcó su descontrol en el universo de conmociones que produce una muerte inesperada. Y comenzó a verter su rabia en blanco y negro jugando con el agua para cambiar densidad y contrastes, a la búsqueda de una obra que disipara sus propias sombras.“Cada cuadro es un contenedor de impresiones que pretende estimularse y tener otras visiones; quise interactuar con otras acciones plásticas, con otros formatos y soportes, utilizando otras técnicas como la fotografía y el audiovisual”, explica Otxoa en el bonito catálogo de la exposición.
El conjunto de toda la muestra le ha llevado tres años intensos en los que ha vivido una experiencia “estética vinculada a un mundo de sentimientos” completando lo que denomina “el ciclo de la metamorfosis entre la muerte y la vida”. Y a fe que visitarla suscita sosiego y serenidad.