Ayer tarde, los trabajadores de editorial Txalaparta, en la calle San Isidro de Tafalla, se vieron sorprendidos por una avalancha de abejas que inundaron el almacén. Tras la llamada sin respuesta a la policía municipal, llamaron al 112 quien les proporcionó el teléfono de un apicultor. Ante su tardanza, otro vecino apicultor, Pello López, bajó con su traje de faena y consiguió atraer el enjambre hasta una caja colocada a la entrada del recinto. La noticia causó gran revuelo entre el vecindario y los trabajadores de la editorial tuvieron que regular el tráfico ante la ausencia de los municipales.
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