Apenas clarea el día, y un punto naranja se desplaza veloz por las aceras de la AR-2 de Tafalla. Una figura menuda, pelo en cola de caballo y atuendo deportivo pasa a nuestro lado y tan rápido como se ha acercado, se aleja con su ritmo constante. Al rato, se detiene y el punto naranja realiza series de velocidad cambiando el ritmo. Para entonces el día ya ha despuntado y vemos que el punto que corre no es otro que Egipto Flamarique que, parada, consulta el pulsómetro y mide tiempos y pulsaciones. Al día siguiente, a partir de las 12.30 horas, tiene una cita importante en Cascante, en el Campeonato Navarro de Cross Máster. Sus piernas musculadas y su zancada perfecta auguran que, junto a sus compañeras del Club Beste Iruña Atletismo Taldea, va a realizar una buena carrera.
A esta vecina de Tafalla, su nombre, Egipto, delata su marca de origen Barasoain y la patrona de esta localidad valdorbesa. Y haciendo honor a este origen fue precisamente en la San Silvestre de su pueblo donde se desencadenó su pasión por la carrera. “Se organizaba la San Silvestre de las Navidades de 2013. A mi hermana Mónica se le ocurrió que teníamos que participar en la carrera. Antes de apuntarnos, le dije que sin asegurar que la podía acabar, yo no lo hacía. En aquellos días, el paseo habitual que andando solía dar, probé a hacerlo corriendo y medí la distancia, 5 km. Está bien, puedo hacerlo, pensé, y a una con mi hermana, nos inscribimos en la San Silvestre de Barasoain. Completé la carrera y la sensación que tuve al acabar fue alucinante. Me dije: yo quiero volver a sentir esto, no lo puedo perder. Aquella misma semana salí a correr por mi cuenta en busca de esas mismas sensaciones, por puro placer”, cuenta su inicio en esta disciplina deportiva. “Pronto los dos días a la semana se me hicieron poco. Aumenté la frecuencia, las distancias y la velocidad, pero sin un plan preconcebido, simplemente porque el cuerpo me pedía más y le hice caso”, sigue Egipto. Tanto que en septiembre de ese mismo año, se apuntó en la 10k Media maratón Ciudad de Pamplona e hizo un buen tiempo; en octubre fue la prueba Las Murallas Pamplona y lo mejoró. “Era la primera vez que me medía con otra gente y vi que hacía muy buenos tiempos. Ya no era solo correr por correr sino que me medía con otros corredores y corredoras y ganaba”.
Texto: Agurtzane Berrio.
Ver texto completo en la revista La Voz de la Merindad de 1 de marzo de 2018