Navarra dice no. Este es el lema del Día Internacional contra la Violencia hacia la Mujer de este 25 de noviembre. Un mensaje unitario y contundente de rechazo a la violencia machista que apela, asimismo, a la creación de una conciencia generalizada en toda la población de rechazo y de tolerancia cero hacia este tipo de conductas, con el objetivo de llegar a su completa erradicación. Educación, concienciación, sensibilización, prevención, empoderamiento. Son palabras que hacen suyas Eduardo Marco, Andrés Moreno, Roberto García y Pedro Lezano, maestros entrenadores de judo y defensa personal, quienes, desde el Club Bertxarri al que pertenecen, aportan a esta problemática, que se ha cobrado la vida de 43 mujeres ya en lo que va de año, su formación específica y especialización en defensa personal para la mujer en su adecuación a la violencia de género, en la firme creencia de que “más vale ser desconfiada que víctima”.
Eduardo Marco es el director técnico del Club Bertxarri y maestro de los otros tres que se han formado con él en el Club que el propio Marco iniciara en el año 1984. Hoy con el aval que les ha dado la obtención de las categorías de 6º dan en Judo y 4º dan en Kiu Jitsu y Defensa Personal (Andrés Moreno), 5º dan de Judo y 1º dan de Defensa Personal (Roberto García) y 4º dan de Judo, 4º dan de Jiu Jitsu y 3º dan de Defensa Personal (Pedro Lezano) han igualado, casi, al maestro y juntos formado el equipo especialista en Defensa Personal para la Mujer, único en su categoría en Navarra y punteros a nivel estatal pues, hoy por hoy, no hay otro equipo que cuente con tantos especialistas en esta materia como el Judo Club Bertxarri de Tafalla.
DPM, la herramienta perfecta
La defensa personal para la mujer es un instrumento de formación y aplicación física que comprende un conjunto de conocimientos, actitudes, habilidades y técnicas corporales que van a permitir a las mujeres prever, evaluar, saber qué hacer y en consecuencia, cómo actuar ante situaciones de amenaza, conflicto o agresión. Secundariamente este conocimiento servirá, incluso, para realizar labores de información, ayuda o protección a terceras personas. Con esta formación se le dota de métodos de prevención, evaluación y estrategias que hagan posible una solución de conflictos sin contacto físico, así como el desarrollo de habilidades y técnicas corporales de enfrentamiento como protección para un uso lícito en caso de necesidad. “El objetivo fundamental más común es evasión y huida más que contraatacar”, explica Marco. “De entrada no se enseña a pegar y atacar sino que la táctica es primero evasión y huida. Conscientes de que las cosas se pueden complicar, se trabajan las posiciones de en guardia y aprender a mantener la distancia, y llegado el caso, de ataque. Se trata de ayudar a la mujer en su prevención y forma de protegerse tratando, prioritariamente, de evitar herir sin herir, salir ilesa y huir”, insiste.
Texto: Agurtzane Berrio / Foto: Mikel Berrio
Ver artículo completo en la revista La Voz de la Merindad de 15 denoviembre de 2017