Quiero dirigirme al Ayuntamiento de Tafalla para hacerles una observación, una vez repartidos los programas de las fiestas patronales que se celebrarán del 14 al 20 de agosto en esta ciudad. Echado un vistazo, como siempre hago -más bien para ver las fotos, pues el resto más o menos es “un cortapega”- me detengo más profundamente en un párrafo que me hace pensar.
Se habla de costos y concretamente de los 70.000 euros de subvención que las arcas municipales –el dinero de todos- van a aportar a los festejos taurinos que se celebrarán durante las citadas fiestas patronales. Mi pregunta al consistorio de mi ciudad es la siguiente ¿por qué nos discriminan? Sí, digo bien, por qué nos discriminan a las personas con movilidad reducida. Porque así es como nos sentimos y me explico. La plaza de toros de Tafalla tiene una accesibilidad nula, “no hay manera de acceder a ella”, resulta imposible para personas con movilidad reducida y también para personas de determinada edad o para personas que por circunstancias puntuales atraviesas una situación difícil.
¿Cómo no están dispuestos, ni los actuales, ni los anteriores gestores, a solucionarlo? ¿O es que acaso no les interesamos lo más mínimo? Entonces, ¿qué debemos hacer? Siendo un edificio público, por ley tiene que ser accesible para todo el mundo. A ver si tienen el valor de poner en las puertas de acceso “Discapacitados NO”.
Con los impuestos de todos, tal vez con 70.000 euros, podrían haber habilitado un trocito para hacerla más amable y no solamente para espectáculos taurinos, para cualquier evento que se celebre en el recinto. Como persona solo me queda darles las gracias al Ayuntamiento y a sus representantes que con su modélica gestin del A sea una ciudad más amabvtaba soñando… esta ciudad. Y por su esfuerzo y comprensier en als puertas de acceso “ón nos hacen cada vez más partícipes de cuantos acontecimientos se celebran en esta ciudad. Y por su esfuerzo y comprensión cada día hacen que Tafalla sea una ciudad más amable para todos. Ah, no. Estaba soñando… Perdón por soñar.
Luis Goñi Martínez.