
Canal. Foto de José Ángel Ibáñez
Mi nombre es José Ángel Ibáñez Torres (Tafalla) y mi intención, con este artículo, es continuar insistiendo en el ahogamiento de corzos y otros animales en el Canal de Navarra a su paso por nuestra ciudad. En concreto en los términos del Portillo del Aire y La Carravieja hasta bien entrado en la zona de San Martin de Unx.
Tras varios escritos publicados en prensa y de haber mantenido una reunión con el Área de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Tafalla, me citaron, el pasado 19 de mayo, desde la sección de Impacto Ambiental y Paisaje, del Departamento de Medio Ambiente del Gobierno de Navarra, para mantener una reunión y tratar el problema. Acudimos tres representantes del Gobierno de Navarra; dos de CANASA, empresa constructora del Canal; el concejal de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Tafalla, el guarda de campo de esta localidad y yo.
Los representantes de Tafalla les explicamos con detalle todo lo que, desgraciadamente, viene sucediendo desde tiempo atrás en dicho lugar y, a continuación, les expusimos diferentes propuestas que considerábamos imprescindibles para evitar esta “masacre”. Por ejemplo, levantar una valla en el pretil de una altura suficiente que impida que los animales puedan saltar al Canal o abrir pasos de fauna para que puedan cruzar de un lado a otro sin peligro. Otra opción que propusimos fue sacar el pretil un metro hacia el camino, ya que este muro les impide salir del Canal cuando caen en él. Su respuesta fue poner todo tipo de excusas porque, según ellos, dichas actuaciones dificultarían los movimientos de los trabajadores del Canal a la hora de acceder al mismo para llevar a cabo sus funciones. Además, nos pidieron que les indicáramos el punto exacto que atravesaban los animales, algo imposible porque cada uno cruza por donde quiere, ya que no hay una zona expresa para ello. Salí con la sensación de que no se iba a conseguir nada y todo iba a seguir igual; no obstante, quedamos en que representantes de la sección de Impacto Ambiental y Paisaje del Gobierno de Navarra acudirían personalmente a la zona para valorar in situ el problema planteado.
Así, casi un mes después, el 13 de junio, nos volvieron a citar, esta vez a orillas del propio Canal, en el mencionado término del Portillo del Aire, para estudiar con mayor detenimiento la zona que supone una trampa mortal para los animales. En esta ocasión acudieron dos representantes del Gobierno de Navarra y uno de CANASA, junto con el guarda de campo del Ayuntamiento y yo. Tras la anterior reunión, esta vez acudí con la lección bien aprendida y, unos días antes, fotografié el Canal y, con la ayuda de la técnica del photoshop, simulé unas vallas y pasos de fauna virtuales para que vieran cómo podía quedar (quiero aprovechar la oportunidad para agradecer la inestimable ayuda a la hora de montar las fotografías de Asier Vélaz y Pablo García).
También comprobamos las posibles salidas del Canal gracias a las corcheras que, no lo niego, son una importante ayuda, pero absolutamente insuficiente, ya que si no es gracias a la ayuda humana, los animales no sabrían guiarse por ellas cuando han caído al agua. Asimismo, analizamos dos pasos de fauna que cruzan bajo del canal, uno de 1.2 x 1.2 m (más que un paso, es un abrevadero de agua) y otro de 2.2 x 2.2 m que, aunque ofrece más posibilidades, es claramente insuficiente para los más de 3 km. de Canal que recorren la zona.

Canal. Foto de José Ángel Ibáñez
Aunque existió mucho diálogo y disposición por su parte, también alguna pequeña discusión, no sé si apreciaron mi interés en el asunto o no, pero, al menos, pude presentarles en persona la idea para que vieran y entendieran a qué me refería exactamente cuándo planteamos las propuestas en la primera reunión.
Gracias a la información de que disponía, también les proporcioné una serie de datos acerca del número de corzos ahogados hasta ese momento, a lo que me contestaron que no eran reales ya que ellos disponían de un protocolo de avisos cuando cae un animal al Canal. Por supuesto, no me facilitaron los datos que ellos manejaban.
Sin embargo, investigando, sé que los bomberos del parque de Tafalla y la propia policía municipal tienen datos exactos de algunos de los corzos que han perecido ahogados. A ello hay que añadir el testimonio de muchas personas que, dando un paseo por la zona, han sacado algunos animales. Así pues, he llegado a la conclusión de que este protocolo de avisos al que hicieron referencia no es real o no funciona como debiera.
Después de todo, no puedo evitar sentirme defraudado por el comportamiento del Gobierno de Navarra, puesto que pusieron más trabas que la propia empresa constructora del Canal. Creía que el Departamento de Medio Ambiente del Gobierno de Navarra estaba para velar y defender la naturaleza; sin embargo, ahora mismo tengo muchas dudas de que esto sea así, ya que, en función de quién ocupe el cargo y las ganas que tenga de solucionar los problemas se tomarán o no medidas. Mientras sigan confiando solamente en estadísticas que, además, son inexactas o manipulables, nunca harán nada por la naturaleza. Desgraciadamente, priman las estadísticas por encima de la vida de los animales, en este caso, los corzos, entre otros animales..
Por muy triste que parezca, he llegado a pensar que los ramales del Canal están sirviendo de “herramienta” para eliminar del medio mucha fauna que resulta perjudicial para la agricultura. ¡Hay momentos en la vida en los que casi todo es apariencia! ¡Tienen más valor los hechos que las palabras o las promesas incumplidas!
Ángel