Pasión y profesión. Pelota, perros y pollos, por este orden y todo con P, ocupan el alma aventurera de Julián Zufiaurre. Su trayectoria así lo avala.
En el currículum de este tafallés, ex jugador de pelota a mano en su época juvenil, figura haber sido en varias ocasiones campeón de Navarra, Euskadi y el Estado. Ese palmarés le llevó a cruzar el Océano y participar en los mundiales de Uruguay (1986) y Cuba en los años 90 de donde se trajo medallas de plata y bronce.
La pericia y el brío de su espíritu pelotari las encauzó al tiempo con la práctica de otro deporte, el mushing, “método de transporte tirado por perros de tiro y esquís para desplazarse por superficies nevadas con rapidez”, según explica la Wikipedia, en donde se afirma que es uno de los deportes más completos y que su práctica enriquece a la persona que lo practica en el conocimiento del animal, en la lealtad, en la fidelidad y en el compañerismo, acercando a la persona a la naturaleza pura. El musher es quien corre esa modalidad y la familia Zufiaurre sabe sacarle partido. “Desde los 12 años he ido con perros al monte y mis hijos Javier, Ainhoa y Uxue y Tere, mi mujer, están habituados a entrenar también con ellos”, asegura Julen. Todos, de una u otra manera, forman parte del equipo.
Recién acaban de participar, en diciembre, en la competición “Spain Long Distance” (Burgos) con un recorrido de ida y vuelta desde Aranda de Duero hasta Caleruega. Un total de 200 kilómetros en 24 horas con 1.365 metros de desnivel positivo. Entre los seis que finalizaron todo el trayecto, Julián Zufiaurre, arrastrado por sus 16 perros, quedó en un segundo puesto. Sin embargo, su experiencia viene de otros desafíos de los que guarda muy buen recuerdo y en los que ha adquirido desenvoltura y cierta veteranía.
Texto: Mari Jose Ruiz
Ver el resto de la noticia en la revista del 15 de diciembre de 2016