Hoy es domingo, 15 de enero y en Ujué nos hemos levantado con mucho frío y con la alegría de ser uno de los pueblos más bonitos de España. Con el calor de esta noticia, recogida en un reportaje en Diario de Navarra titulado Ujué toca el cielo, hemos paliado un poco las gélidas temperaturas de la calle, y digo un poco porque leyendo el artículo me he quedado un poco fría al ver que algo faltaba.
Realmente pocos pueblos pueden presumir de una gastronomía con tantos productos típicos como Ujué, algunos obviados en el reportaje. En este se detalla el origen de las migas, de cómo empezó la “leyenda” dando voz al resto de los restaurantes que sirven este alimento, cosa que, para mi sorpresa, no se ha hecho con las garrapiñadas. Ahí el artículo se ha centrado exclusivamente en una marca, ninguneando la historia de las almendras de Estefanía Arangua.
Y yo me pregunto: si en el caso de las migas el artículo explica su origen, ¿por qué no hacerlo también con las garrapiñadas? Corría el año 1926 y las almendras garrapiñadas de Estefanía Arangua, las primeras, las legítimas y auténticas, fueron premiadas con medalla de oro en la Exposición Regional de Agricultura e Industria de Pamplona. Entonces se disparó la demanda y surgieron otras empresas. Desde 1928, las de Estefanía Arangua tienen patente. Me gustaría saber cuántas empresas continúan ininterrumpidamente desde entonces.
Las almendras de Estefanía Arangua han endulzado guerra, posguerra, dictadura, y democracia hasta llegar a nuestros días. Y aquí estamos, este frío 15 de enero mi hermano y yo, asombrados al ver que Diario de Navarra no ha dedicado ni una coma a la historia casi centenaria de las garrapiñadas de Estefanía Arangua. Espero no me malinterpreten, no es una rabieta, ni me estoy dejando llevar por la cantidad de whatsapps recibidos preguntándonos por qué no hemos sido ni tan siquiera mencionados.
No es la primera vez que se nos omite, pero sí la más dolorosa. Me gustaría que los lectores supieran que existimos, que estamos en el mercado y que la historia está incompleta.
El mal ya está hecho, y aunque la proporción de lectores del artículo a esta carta es desproporcionadísima, aprovecho para decirles que estamos en Pamplona (en Layana) en Tafalla (en La Gloria y en Demetrio Delicatessen) y en Ujué a la entrada en la tienda salón de té Estefanía Arangua, así como junto al mesón las Torres. En el mes de mayo, con las romerías, nos pueden encontrar también en la plaza frente al bar Villar,en la antigua tienda-botica de Estefanía Arangua donde empezó la leyenda. ¿Qué leyenda? De esto les quería hablar. Les invito a que la conozcan (y la saboreen).
Laura Garde San Martín (5ª generación dedicada a las almendras garrapiñadas).