El día de ayer fue especial para la Valdorba. La tarde estaba en calma y el entorno precioso de Iratxeta lloraba la marcha de Endika Zabalza, un hijo del valle, un amigo, y alcalde durante dos legislaturas, tras emprender el vuelo después de una larga enfermedad. El sentimiento de cariño flotó en el ánimo de familiares y amistades que se acercaron a decirle su último adiós en la sencilla y emotiva despedida en Iratxeta, ante el ayuntamiento de Leotz, junto a la casa Janariz, de donde procedía.
A Endika se le quería y buena muestra de ello fue la presencia masiva y las frases de cariño y pesar que le dejaron por escrito en el balsámico cuaderno destinado al efecto.
Fue un hombre vital, transparente, discutidor, motor de muchas ideas y sobre todo inquieto por el día a día de su entorno y por una Euskal Herria libre, tal y como expresó lnma Goñi, la maestra de ceremonias.
Se recordó también su cuento infantil Astigar basoa (Txalaparta, 2004) ubicado en el valle que tanto quiso. Iratxeta fue su cuna y donde pasó su infancia libre y salvaje; donde creció entre la naturaleza, los animales y donde se perdía por el bosque para subirse a los arces. Ese mundo que disfrutó y los valores de respeto y comprensión es lo que quiso transmitir con él.
Ayer, ante su cuerpo inerte, Xabier y Maider Zabalza, bailaron un aurresku de honor. Después entregaron a su hijo Aritza el bastón de su padre y a Viki, la pareja de Endika, su txapela, símbolos que “llevó diariamente desde que le diagnosticaron la enfermedad”, mientras vecinos del valle interpretaban “Baldorba” acompañados de la trikitrixa de Uxue Caballero en un ambiente cargado de emoción. Calos Sola intervino en nombre de los alcaldes que durante unos años compartieron muchas horas con él.
Finalmente, la viuda, agradeció las muestras de afecto y el acto en sí, “porque se ha hecho como él quiso”. Y copa en alto, brindó, “por la independencia de Euskal Herria”, el sueño que Endika repitió en cuantas ocasiones tuvo. El acto finalizó con un brindis de cava colectivo mientras sonaba el Agur jaunak! interpretado al txistu por Amaia Ruiz.
El próximo 11 de junio, a las 11:00h, sus cenizas volverán a las raíces y abrazarán el lugar denominado “pecho de las hayas” de Iratxeta, el lugar que tanto amó.
Mari Jose Ruiz