El Centro Cultural Tafalla Kultur Gunea se quedó pequeño el pasado sábado y numerosas personas se quedaron sin entrada en el acto emotivo organizado por Altaffaylla, Amapola del camino y Euskal Memoria con motivo del 30 aniversario de la publicación del libro “Navarra 1936. De la esperanza al terror”, un libro colectivo, pionero y referente en la recuperación de la Memoria Histórica de nuestra comunidad, editado en septiembre de 1986 por AFAN y Altaffaylla.
Presidía el escenario una banderola con las enseñas de organizaciones políticas representando a los miles de represaliados y, junto a los atriles, las flores que emergían de zapatos, botas y sandalias infantiles evocaban la esperanza nacida del horror.
Gaizka Aranguren ejerció de maestro de ceremonias y el acto dio inicio con la jota “Se regaron con gotas de sangre” basada en un hecho verídico y compuesta por un hombre de Castejón que al huir vio en la Bardena los cuerpos asesinados de dos hermanos. Fue interpretada a capella y en penumbra por Soraya López, de Larraga. Los Lucians con su tema “A todos ellos” dieron paso a la primera proyección, con fragmentos del video “Memoria viva” (Amapola del Camino) sobre el acto grabado en 1986 en Sartaguda. Ello dio pie a las palabras de Santi Santaquiteria, señalando que se tiene un presente esperanzador porque “sabiendo de donde venimos sabemos donde tenemos que ir y la sociedad en su conjunto tiene que saber qué paso con aquellas víctimas”. El forense Paco Echeverría participó en pantalla recordando la importancia de oficializar todos los restos que van apareciendo y subió al escenario con sus herramientas de trabajo, sacando de su pesada mochila páginas y páginas de nuestra historia reciente, abogando por el reconocimiento institucional que se merecen las víctimas y sus familiares y por la necesidad de que las instituciones democráticas entiendan lo que hacemos” y arrojó piedras encontradas en las fosas comunes “que sirvieron para tapar los crímenes durante tantos años. Todos tenemos algo que hacer todavía”, concluyó.
El presentador recordó que el 21 de octubre de 1936 se produjo la famosa saca de la cárcel de Tafalla en la que 64 personas de varios pueblos fueron masacradas en una fosa común en la Tejería Monreal, y anunció que se está trabajando para la instalación de un conjunto monumental que lo recuerde como lugar de memoria. Tras esa introducción comenzaba el homenaje a los represaliados navarros y a sus familias con la participación de Lucio Urtubia que interpretó “Tiempo de cerezas”, un canto de lucha y esperanza. Josefina Lamberto (Larraga), Josefina Campos (Peralta), Maribel López (Tafalla), Mirentxu Aguirre (Lizarra) y Olimpia Plaza (Castejón) salieron a escena y los dantzaris de Tafala, a una con el sonido de la alboka y los txistus, interpretaron el aurresku con una emotiva puesta en escena. Entregaron rosas a las familias y el alcalde de Tafalla Arturo Goldaracena y Ana Ollo en nombre del Gobierno de Navarra hicieron una ofrenda floral. El público puesto en pie entonó “Agur Jaunak ta andereak”. El video sobre el libro de la guerra y algunos trabajos de Altaffaylla precedió a la intervención de Emilio Majuelo, colaborador, historiador y director del fondo documental de la Memoria de la UPNA, para elogiar la metodología y la publicación del libro, calificándolo de “auténtico menhir” de la memoria, algo que fue “catártico para multitud de familias que empezaron a mirarse en aquellos malditos sufrimientos”.
Jose Mari Esparza, de Altaffaylla, parafraseando a Silvio Rodríguez explicó “somos la historia que tendrá el futuro , porque la vida debe ser vivida mirando hacia delante, pero solo puede ser comprendida mirando hacia atrás y seguimos soñando lo mismo, somos republicanos, librepensadores, antimonárquicos, socialistas, comunistas y libertarios y como el Frente Popular seguimos diciendo presoak kalera porque no se puede dar por concluido el ciclo de la guerra ni la transición hasta que no salga el último preso de la cárcel”. Itziar Munarriz en nombre de “Amapola del camino” y de todos los colectivos y personas que participaron en aquella publicación, sorprendió a su equipo redactor y coordinador Jose Mari Esparza, Mari Jose Ruiz y Juan Carlos Berrio, entregándoles un detalle en reconocimiento de aquella ardua labor.
La tercera y última parte del acto fue para homenajear a Fermín Balentzia, la persona que ha puesto letra y música a todo el proceso de lucha, memoria y esperanza que se ha vivido estos últimos cuarenta años. A él le cantaron La Chula Potra; los bajonavarros Jean Leon Indart y Grazie Ecthebehere, acompañados del irrintzi de Carmen Galartza, y Enrique Villarreal El Drogas. Juan Carlos Berrio, presidente de Altaffaylla le hizo entrega de un cuadro representando a Fermín con Maravillas Lamberto y la pastora de Ibardin, a quienes ha cantado en tantas ocasiones, y un cinturón de cuero, símbolo que recuerda a su canción “El alto Loiti”. El escultor Juan Gorriti se sumó al homenaje a Balentzia con varios obsequios y el acto finalizó con la interpretación de “Maravillas” y “Tafalla”, cantadas por Agurtzane Berrio y Fermín y coreadas por todo el público asistente.
A la salida, el aperitivo, la exposición sobre la guerra y las publicaciones relacionadas con el tema, sirvió para los encuentros y saludos entre amigos y amigas con sueños y recuerdos comunes.