Recibieron también nominación a mejor escenografía
Por: Mari Jose Ruiz
El pasado 27 de noviembre fue un día muy gratificante para el grupo tafallés Puntido Teatro, y en concreto para Amaia Galar Moreno, al haber recibido en el FESTEAF (Festival de Teatro Aficionado) el premio a la mejor actriz protagonista por su interpretación de Elsa en la obra El matrimonio Palavrakis, de la dramaturga catalana Angélica Liddell.
El grupo recibió también la nominación a mejor escenografía en ese mismo certamen organizado por la plataforma PLATEAR, la cual está compuesta por diez compañías de teatro amateur de dicha localidad, junto con la concejalía de Cultura.
El FESTEAF ha cumplido este año la edición número XXVI, siendo todo un referente de la escena amateur en el Estado español.
Así, con el objetivo de fomentar el teatro entre la ciudadanía ripense, compañías de diferentes lugares se subieron en noviembre al escenario madrileño, dando la oportunidad a los grupos amateur de ámbito nacional
De 109 compañías, seleccionaron 6, entre ellas Puntido Teatro
La pugna fue difícil teniendo en cuenta que de las 109 compañías presentadas seleccionaron tan solo seis, llegadas de Sevilla, Valencia, Madrid, Valladolid, Pontevedra y Tafalla.

Amaia Galar, Mikel Berrio y Arantza Capón, intérpretes de la obra y dirigidos por Josu Kabarbaien, agradecieron el reconocimiento y la valentía del jurado al apostar por una creación como esta.
«Al ser teatro incómodo, un tortazo en la cara, una patada en el estómago, una dosis alta de la más cruda realidad; una tragedia contemporánea rebosante de horror, muy fiel al estilo de la propia autora”, según explicaron.
Asimismo se mostraron orgullosos del tiempo invertido durante más de un año que les ha supuesto “mucho trabajo de mesa, de investigación, de leer entrevistas de la autora para intuir su línea, sus textos y poder comprender al personaje”.
“Afortunadamente, Josu lo tenía muy claro desde el principio y hemos trabajado codo a codo como un gran equipo, abiertos a todo tipo de propuestas y sugerencias que se nos iban ocurriendo, eso sí, manteniéndonos fieles al texto”, afirma Amaia, todavía emocionada por un premio que le pilló de sorpresa dado el nivel de las obras seleccionadas y de las interpretaciones.
“Recibir el premio fue algo totalmente inesperado. Lo deseaba pero no lo esperaba. Cuando dijeron mi nombre, no me lo podía creer. Subí al escenario y no sabía qué decir. Agradecí al jurado su valentía y reconocimiento y lo dediqué al equipo porque esta obra es imposible sin el trabajo del resto de mis compañeros”, afirma con rotundidad.
Escenografía nominada
En cuanto a la escenografía, sencilla pero eficaz, en la que emplearon muchas horas hasta dar con lo que querían. Llamó la atención el gran aro dentro del cual se introducen los protagonistas, y un panel móvil que marca el cambio de cada escena, todo ello diseñado para transmitir la sensación de agobio y el inevitable encierro del matrimonio Palavrakis en su turbulenta vida conyugal.

Víctimas de malos tratos desde la infancia hasta el final de sus vidas, esta obra tiene como tema central las emociones de sus protagonistas a la hora de enfrentarse a la decisión de tener descendencia.
Unidos por el rencor hacia sus padres y hacia una sociedad que consideran enferma, parecen llevar una vida monótona e insustancial en la que su única diversión confesable son los concursos de baile a los que acuden y que pierden casi siempre.
El nacimiento de Chloé, su única hija, les conducirá hacia una espiral de miedo y angustia que acabará por destruirles irremediablemente.
Amaia versus Elsa
El matrimonio Palavrakis fue estrenado en enero de este año en el Kulturgunea tafallés y lo han llevado a escena en cinco ocasiones. Y piensan continuar representándola porque es una obra de actualidad «que representa un tipo de teatro social que queríamos hacer –especifica Amaia-, reivindicativo, que se salga de los cánones amables; salir de otros clichés típicos más comerciales y ofrecer algo más profundo que mueva a la reflexión, que genere debate».
«Por eso, representar el papel de Elsa, meterme en ese espíritu atormentado, ha sido muy complicado al no ser un personaje estereotipado, ni haber pasado por esas situaciones tan violentas y complejas, y al mismo tiempo reales, sin que sonara a histriónico o irreal”, asegura.
Amaia, aun siendo amateur, desde niña tuvo sus contactos con el teatro. A los cinco años empezó a formarse con el grupo Gabalzeka en los cursos de teatro extraescolares que impartían. A los 23 años marchó a trabajar a Madrid, donde tuvo posibilidad de formarse en una escuela de interpretación durante dos años.
Desde entonces, asiste, siempre que tiene ocasión, a cursos y talleres que ofrece la Federación de Teatro Amateur de Navarra o la confederación nacional de teatro amateur, “Escenamateur”, de las cuales forma parte Puntido Teatro.

En este sentido, Amaia reconoce la importancia de seguir formándose y de estar agrupados y federados.
“Siempre se tiene más fuerza a la hora de solicitar políticas culturales más justas para el sector amateur; no puede ser que tengamos teatros públicos cerrados y compañías de teatro amateur de calidad y sin espacios donde actuar”.
Por otro lado, invita a crear y a consumir propuestas más audaces, más atrevidas, que presenten otro tipo de espectáculos, además de los convencionales.
“A veces se tira de lo fácil, o de lo más cómodo porque resulta más rentable y se desestiman o se ignoran proyectos más arriesgados y ambiciosos. Eso también es teatro. A su vez, relacionarte con otros grupos es fundamental».
«Nosotros mantenemos contacto con compañías de la comarca y los festivales también te brindan la oportunidad de conocer gente nueva. Hace unos días, por ejemplo, he tenido la posibilidad de acudir al II Congreso Internacional de Teatro Amateur, organizado por Escenamateur en Noja (Cantabria), donde pude formarme, asistir a conferencias, mesas redondas y grupos de trabajo con otros grupos amateur de todo el país y de los que siempre aprendes”.
Nos adelanta que la próxima representación de El matrimonio Palavrakis está previsto para primeros del próximo año en las instalaciones de La Kolasa, ante un público joven y con un formato que posibilite el coloquio acerca de la obra. “Tenemos que acercar el teatro a la juventud”, asevera.
Puntido Teatro
Surgió en Tafalla en el 2011 a partir de un grupo de personas relacionadas con Gabalzeka Teatro.
Cuando esta compañía celebró su 40 aniversario, propició el reencuentro de varias personas que habían colaborado con Gabalzeka y generó una inquietud por formar un nuevo grupo, abierto a todo tipo de estilos y propuestas teatrales.
Ello posibilita la realización de numerosos montajes, unos más corales y otros de menor participación actoral. A lo largo de esta década han interpretado numerosas obras. En la actualidad forman parte de esta compañía más de 20 personas.
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