‘El Tafa’ se proclama campeón de liga por segundo año consecutivo después de ganar al Lauburu Ibarra en un partido de infarto
La del sábado pasado no fue una tarde más. Fue la tarde en la que un humilde equipo de un pueblo de tan solo once mil habitantes se proclamó campeón de liga por segundo año consecutivo.
La Laboral vestía sus mejores galas, porque la ocasión lo merecía, y la afición, una vez más, incondicional, llevó en volandas al equipo.
Cada grito de ánimo era un balón de oxígeno para los jugadores que lo dieron todo sobre la pista de juego. No se podía pedir más.
“El talento gana partidos, pero el trabajo en equipo gana campeonatos”, decía uno de los más grandes jugadores de baloncesto de la historia -Michael Jordan-.
Y viendo a este Tafa, esas palabras cobran más sentido que nunca. Porque el Tafa no es un simple equipo. Es una familia.
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