Este es uno de los dos únicos frontones al aire libre que tiene Tafalla. Y así es como lo han dejado estos “artistas”. Fijémonos bien en sus firmas.
Las veremos en otros lugares y tal vez un día podamos saber sus nombres, escondidos tras esos garabatos con los que esos acomplejados intentan conseguir algo de autoestima y alimentar sus maltratados egos.
No hay mensajes, ni protestas, ni se quejan de la subida de la luz, ni del paro juvenil, ni de los abusos de la banca, ni de las guerras. Es pura egolatría infantil, de imbéciles que creen que el frontón se puso allí para que fuera lienzo de sus firmas de payasos. Esperemos que maduren.
En Tafalla sobran vallas y tapias para pintar sin tener que joder un frontón. Mientras, no estaría mal que el Ayuntamiento dignificase con una capa de pintura ese monumento a la estupidez.

Estado actual del frontón del Ereta
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