Por: Sofía

Hace unos días, con la llegada del buen tiempo, me dio por hacer algo que hacía mucho no hacía y echaba de menos: dar un paseo por el Plano. De vez en cuando me gusta cambiar mi recorrido habitual, el del canal hacia Pueio, y cuál fue mi sorpresa al ver cuánto habían cambiado algunos de los caminos.

Las malezas habían sido retiradas de los senderos, lo que hacían que el paseo fuera más agradable. Gracias a quién lo haya hecho.

Aunque también la sorpresa llegó de manera negativa. Muchos de los recorridos que recordaba han desaparecido a causa de las obras del TAV. ¡Qué despropósito! Espero que los responsables políticos que han avalado esta majarada lo paguen al menos en las urnas.

Sin embargo quería centrarme en otro tema, más fácil de arreglar. Hay quien en vez de ayudar a cuidar el entorno, se dedica a tirar la basura al suelo. En mi paseo vespertino pude observar desde mascarillas, hasta cartuchos de balas, pasando por colillas o vasos de café.

¿Tanto cuesta recoger la mierda y guardarla en la mochila para tirarla después en una basura? Luego nos quejamos de que la juventud deja los restos del botellón tirado por ahí cuando sale de fiesta. Así mal ejemplo damos.

suciedad en el plano