Se plantaron 35 robles como proyecto final de un trabajo sobre las inundaciones
El pasado sábado 20 de mayo, los alumnos y alumnas de la escuela rural de Pitillas, y con la colaboración del Ayuntamiento y sus familias, crearon un nuevo espacio natural en la localidad. Lo denominaron como “Bosque Santa Ana Basoa”, y la actividad fue el punto final al proyecto de aprendizaje y servicio que se ha llevado a cabo en la escuela durante este curso escolar.
La idea surgió cuando la clase de primero, segundo y tercero de primaria estaba trabajando la letra “U” con la profesora de euskera.
“Se nos ocurrió aprender esta letra a través de la palabra uholde, que en euskera significa riada. Vimos que el tema les interesaba a los chicos y chicas, porque Pitillas sufrió las consecuencias de la riada de 2019, y así comenzamos a investigar cómo podíamos ayudar al pueblo en este sentido”, explica Maialen Martínez, profesora de euskera en el colegio.

“Hicimos un proyecto siguiendo la metodología de aprendizaje y servicio, la cual integra el aprendizaje de contenidos, habilidades, valores y el servicio a la comunidad en un mismo proyecto educativo con el fin de ofrecer un servicio directo a la sociedad. Así, lo primero fue ver qué medidas podrían prevenir una riada y cómo actuar en caso de que la hubiera”, relata Maialen.
Mientras sigue: “editamos un tríptico con la información recabada y lo fuimos repartiendo por todas las casas de Pitillas”.
Nace el Bosque Santa Ana Basoa
Como fiesta final del proyecto, los alumnos y alumnas decidieron hacer una plantación de árboles, por lo que se pusieron en contacto con Berdesia, quien gustosamente les cedió 35 robles para plantar.
“Berdesia nos regaló los árboles y el Ayuntamiento nos cedió el terreno. Nos decantamos por este lugar en concreto porque al final es un parque al que la gente de Pitillas acude asiduamente, ya que hay merenderos; y como estaba un poco desierto de árboles, nos pareció el mejor sitio”, expone la profesora.
“El ayuntamiento, a su vez, ha puesto riego automático para que los árboles crezcan, porque al final con las sequías cada vez llueve menos y los árboles necesitan agua. No obstante, somos una escuela que promovemos la salud, y al estar en una zona rural siempre hacemos paseos por el entorno, para conocer el pueblo y estar en contacto con la naturaleza. Por lo que en el futuro seguiremos viniendo a cuidar de los árboles”, matizaba.
“Es un proyecto que ha gustado mucho en Pitillas y en el que al final se ha involucrado todo el mundo. Además, presentamos el trabajo a un concurso de aprendizaje y servicio de Navarra y quedamos finalistas”, finalliza.
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