[:es]Javier Zabalza
El Proyecto Berdesia, o como la naturaleza puede proteger y preservar un casco urbano.

El Proyecto Berdesia. En verde oscuro, la parte correspondiente al bosque; en verde claro, los terrenos de cultivo ecológico; y en marrón, los huertos tradicionales
La Asociación Berdesia Elkartea lleva tres años trabajando en un proyecto que de puro elemental resulta revolucionario: paliar los efectos de la mano del ser humano en torno al casco urbano de Tafalla reforzando la presencia de la naturaleza y el cuidado al Medio Ambiente. El proyecto consta de varias fases y elementos, el más llamativo de todos es la creación de un área de bosque y cultivos ecológicos que conforman un mosaico perimetral (Fig. 1). Se trataría de un área de tránsito entre la trama urbana y las infraestructuras que rodean la localidad (Fig. 2) o, como la propia asociación define, “un gran cinturón verde protector y permeable”. No es, sin embargo, el único elemento de este vital proyecto. Berdesia también ha llevado a cabo iniciativas de voluntariado ambiental, educación en colegios, ciencia ciudadana, jornadas de estudio, conferencias, plantaciones, etc. En definitiva, un proyecto a largo plazo que empieza ahora mismo, a través de la concienciación y del contacto inmediato con nuestro entorno natural. Nos reunimos con una representación de los y las integrantes de la Asociación Berdesia Elkartea para que, en sus propias palabras, nos explicasen el presente y el futuro de su iniciativa.
¿Por qué es tan necesario el Proyecto Berdesia?
En Tafalla, alguien decidiese asomarse a cualquier balcón, a duras penas podría encontrar zonas boscosas en su entorno. Si que se observan por el contrario un elevado número de instalaciones construidas por el ser humano. Los árboles talados para levantarlas nunca se reponen, creando un contorno repleto de infraestructuras de paso que configuran una auténtica muralla perimetral (Fig.2). No es de extrañar que estas se concentren en torno a un punto geoestratégico clave como es Tafalla, eje de comunicaciones a lo largo de su Historia, pero la realidad es que rodean y encajonan de hecho la ciudad en lugar de complementarla, con el consiguiente daño medioambiental, tal y como se aprecia perfectamente en el plano que mostramos.
Otro de los ejes clave que impulsan el proyecto es la falta de biodiversidad que se manifiesta en los cultivos de nuestros campos. Los monocultivos imperantes se limitan a uno o dos cereales, y buscan sobre todo la rentabilidad económica. En otros países de Centroeuropa se está potenciando precisamente la diversidad en los cultivos, y se está demostrando que esta beneficia económica y medioambientalmente a los campos. La biodiversidad, en definitiva, es una manera de devolver la fertilidad a la tierra, algo de inmediata necesidad. Según algunos estudios del Gobierno de Navarra, determinados terrenos de la Ribera no llegan al 1% de fertilidad, agotados por los monocultivos y el uso de fertilizantes.
A estas circunstancias de índole más local, habría que añadir los datos que aporta la ciencia sobre el cambio climático a nivel global, y que ya se está calificando de crisis y emergencia climática, con temperaturas extremas, lluvias torrenciales, pedregadas, inundaciones o fuertes vientos.
Artículo completo en la revista de La Voz de la Merindad del 15 de enero de 2020.[:]
Gizarte bezala hartu behar dugun bidea dela deritzot. Iruñeatik , Berria eguankaria irakurtzen jakin dut zuen lana..
Una labor excelente hoy coicidi con vosotros y dos de vuestros miembros , Q me explicaron con mucho entusiasmo la labor realizada,,, por eso estoy aquí ,, me gustaría participar ,pues iba con mi hijo de 16 años y me interesa q vea este tipo de ocupación en los tiempo de ocio,, sois un ejemplo GRACIAS,