Ambos hermanos se fundieron en un abrazo íntimo, único hasta entonces. Lara, invadida por el dolor de la separación, apenas contenía sus lágrimas. Carlos, más curtido y racional, camuflaba la emoción entre la fuerza de sus brazos. Esa sería la última vez que vieran con vida a su madre, ya en fase terminal, antes de sedarla.
administrator2021-08-26T12:38:54+00:00
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