Amira, mi hija de cinco años presiona sus manos sobre las orejas tratando de mitigar el sonido de los bombardeos. Mis dos hijas mayores muestran en su rostro la ansiedad y el miedo de no saber dónde ponerse a salvo.
Mi hijo más pequeño, paralizado, tan solo llora. Todos recordamos con marcado dolor a nuestros familiares asesinados durante las tres ofensivas israelíes anteriores a esta.
Los palestinos llevamos décadas de humillaciones, injusticias y sufrimiento. En 1948 se nos expulsó de nuestra tierra. Al menos 600 aldeas fueron destruidas. Varios cientos de miles fuimos asesinados y 800.000 refugiados terminaron en distintos lugares del mundo.
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