Raúl siempre admiró a su padre; por su capacidad analítica, por saber sobreponerse a las adversidades y por su visión premonitoria de los acontecimientos. Gozaba de ese sexto sentido tan poco habitual entre la gente.

Aquella tarde veraniega, una impresionante tormenta descargó sobre la huerta y obligó a padre e hijo a buscar refugio en la cabaña. Ya protegidos, repentina y sorpresivamente, el padre compartió una reflexión sincera y profunda sobre su familia, exponiendo ante Raúl las heridas no cicatrizadas de su alma.

2021-08-26T12:38:54+00:00

CONTENIDO EXCLUSIVO PARA SUSCRIPTORES

Debes acceder para ver este contenido, por favor, accede o suscribete.

Iniciar sesión

¿Aún no eres miembro? Únete a nosotros

Por |2022-04-19T15:14:26+00:0015/04/2022|Escritos Cotidianos, Secciones | Atalak|Sin comentarios

Deja tu comentario