12 familias raguesas quieren una educación en euskera para sus hijos e hijas sin que tengan que desplazarse fuera del pueblo
El martes por la tarde, un numeroso grupo de vecinos y vecinas de Larraga, junto a representantes de de Sortzen y Behatokia realizaron una rueda de prensa para demandar la apertura de una nueva línea de modelo de inmersión lingüística en euskera en el colegio público San Miguel.
Durante décadas, han sido varias las familias que tuvieron que elegir entre llevarlos a Tafalla para que aprendieran en euskera o quedarse en la escuela del pueblo, renunciado a su aprendizaje.
LEGÍTIMO DERECHO
Las familias critican la dicotomía de siempre entorno a este tema: “se nos quiere hacer ver que tenemos derecho a estudiar en euskera, pero nuestro derecho siempre está condicionado o limitado”.
El pasado mes de julio 12 familias registraron instancias en el departamento de educación, sin obtener hasta ahora una respuesta oficial. Hoy, jueves 20 de octubre, tienen previsto reunirse con el Director General de Educación, Gil Sevillano. “Hay que tener en cuenta que en febrero comienza el plazo de pre-matriculación y no queremos que se repita la misma situación que se ha dado en otras localidades: llegado el momento no pudieron pre-matricular a sus hijos en el modelo D en la escuela del pueblo”, alegan.
“Una línea de enseñanza en euskera puede garantizar la supervivencia y el desarrollo de la escuela, ya que Larraga quiere construir el futuro en el pueblo y en euskera”

Las familias explicaron que no se trata de una demanda individual ni un capricho, sino de su legítimo derecho. “Exigimos la aplicación de lo establecido en la Ley Foral 18/1986. El Departamento de Educación tiene la obligación de poner en marcha las medidas oportunas para posibilitar la matriculación de nuestras txikis en el modelo D durante el curso 2023-2024”. Cabe destacar que la legislación marca un mínimo de 8 alumnos para abrir una línea de modelo D en “zona no vascófona”.
UNA SOLUCIÓN PARA EL COLEGIO
Los padres y madres destacaron la latente preocupación que se vive en el pueblo por la bajada de matriculaciones de los últimos años en el colegio público local, ya que es considerable el número de niños y niñas que actualmente están realizando sus estudios en Lizarra o en Tafalla. En el curso 2021/2022 fueron 16 las matriculaciones, en su mayoría provenientes de familias inmigrantes, mientras que en este último curso han sido 9, con solo una niña nativa. 3 niños/as han sido matriculados en otras escuelas, 2 de ellos en el modelo D.
“Hablamos del derecho fundamental a aprender y a vivir en nuestra lengua, de educar a las y los txikis en igualdad y diversidad, sin distinciones por zonas entre la ciudadanía navarra. Pero también de la supervivencia de las pequeñas escuelas y el futuro del propio pueblo”, concluyeron.
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