La finalización de las obras de restauración de la ermita de Santa Brígida de Olite llevadas a cabo por el Servicio de Patrimonio Histórico se escenificó ayer miércoles 1o de noviembre con un simbólico acto de entrega de llaves en el que participaron la consejera de Cultura y Deporte, Rebeca Esnaola, y la alcaldesa de la localidad, Maite Garbayo.
El trabajo realizado por Patrimonio Histórico ha dejado al descubierto unas pinturas murales góticas que se pueden fechar hacia mediados del siglo XIV, realizadas en dos momentos diferentes y por dos artistas de muy distinta cualificación.
Destacan las pinturas murales de la cabecera y crucero por la calidad de las mismas, aunque su estado de conservación es muy frágil.

La consejera Rebeca Esnaola, con la alcaldesa de Olite Maite Garbayo y representantes de las empresas restauradoras.
Durante la jornada en la ermita, el Ayuntamiento de Olite planteó su compromiso por realizar una propuesta que permita el acceso público a su interior. Al tratarse de una ubicación apartada del núcleo urbano, las visitas se deberán realizar de forma guiada o concertada.
Las obras
Las obras de remodelación de la ermita se han estado llevando a cabo durante los tres últimos años, y han consistido en tareas de eliminación de encalados y consolidación del soporte mural, así como diversos estudios de las pinturas y del interior de la ermita.
De manera paralela, también se han realizado trabajos de albañilería para retirar morteros añadidos sobre los encalados así como para consolidar y sellar algunas grietas en las bóvedas y muros y para retirar el pavimento afectado por las raíces que habían penetrado en la nave.
En algunas zonas resultó ser complicado la eliminación del encalado sin dañar los pigmentos de la pintura original, por lo que se optó por no eliminarlo en su totalidad a la espera de encontrar fórmulas que permitan hacerlo en un futuro sin el riesgo que ello conlleva para la conservación de las pinturas medievales.

Mural Gótico Santa Brígida
El interior pintado
El tramo abovedado de la nave presenta pinturas murales góticas que se pueden fechar hacia mediados del siglo XIV, dentro el estilo Francogótico. En los fragmentos que se veían hace años se reconocían varias escenas del Nuevo Testamento.
“Se abre un interesante abanico de posibilidades para la investigación en torno a la pintura mural, su técnica, la iconografía o la representación del poder en este periodo de la Historia de Navarra”, señalaron los responsables de Patrimonio el día de la presentación.
Por otro lado, se han recuperado totalmente las pinturas de la capilla sur, con un interesante programa decorativo en torno a la vida de San Marcial. “Resulta muy significativo, por inusual, el adorno de flores de lis que presenta la capa de obispo”, han destacaron desde Patrimonio.
“Se intuye que estos adornos, así como también las estrellas del firmamento presentes en la bóveda, eran motivos decorativos realizados en otros materiales”, indicaron, “como papel, policromados o dorados y adheridos a la pintura. Aunque ahora hayan desaparecido en su mayor parte, quedan ejemplos en algunas zonas de las bóvedas”.
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