Lee aquí la primera parte del Aloe vera, un remedio armónico.
No duermas, bebe vino añejo,
Hay alheñas y lirios, mirra y aloe
En el jardín con granados, palmeras y parras
Plantas agradables y muchos tamariscos
Ruido de acequias y sones de laúdes…Dunásh Ibn labrát
Fin del milenio, hispano hebreo de Bagdad establecido en Córdoba
Aunque vamos de aloe, no quiero dejar de hacer un homenaje a la alheña, un arbusto con el que se fabrica la Henna, un tinte rojizo que se usa para teñir el pelo, la ropa o hacer tatuajes en manos y pies.
En el reino nazarí de Granada se cultivó, pero tras la conquista se prohibió por los Reyes Católicos, porque era señal de identidad muy usado por los moriscos.
Se arrancaron las plantaciones y dejó de cultivarse, pero hoy en día se utiliza muchísimo en la cultura árabe. Prohibir plantas es síntoma de la intolerancia que provoca el poder unido al fanatismo religioso y la incultura.
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