Un anciano va de romería desde el quiosco hasta su casa con pasitos lentos, el diario pegado al cuerpo y la boina bien calada. Se cruza con una pareja que pasea al perro. Al lado, en el Cidacos, la garza es un trocito de cielo gris y blanco hecho de plumas que camina en el agua con sus patas quebradizas. Los domingos tienen un reloj amable, pienso, y arranco el coche.
administrator2021-08-26T12:38:54+00:00
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