Un señor con boina me adelanta. Lleva bajo el brazo una bolsa de plástico de las de guardar el pan, pero lo que asoma es una gaita, acurrucada en ese chubasquero improvisado.

Cruzo el umbral del ambulatorio en busca de mi sala de espera. A los diez minutos entra un anciano. Se sienta en una de las durísimas sillas naranjas de la hilera de enfrente y saluda con un movimiento de las cejas.

2021-08-26T12:38:54+00:00

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Por |2023-03-17T11:00:14+00:0017/03/2023|Colaboraciones | Kolaborazioak, Miope|Sin comentarios

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