Cinco relojes nerviosos y uno con cara sonriente. Esa portada me hizo gracia y la sinopsis me vendió las virtudes de saber gestionar el estrés tras unas pocas páginas.

Salí de la feria pletórica, con un ejemplar de “Vivir es un asunto urgente” latiendo en el bolso, la sensación de tener en mi poder una biblia, el manual para convertirme en la Marie Kondo del tiempo.

El librito ha hecho cinco mudanzas, nunca lo he abierto y no me deshago de él porque le otorgo la responsabilidad de un botón rojo: quizá lo necesite más en otro momento. O porque puede que ya no me dé tanto pánico el tiempo.

Estamos sentadas alrededor de una mesa redonda, somos una versión chiquita de una cumbre climática. Y aquí el clima ha cambiado mucho.

Ligues, política, pelos y trabajo continúan en nuestros temas de conversación, pero hay términos que no se mencionaban apenas hace unos años: boda, psicólogo, alicatar, hipoteca, ahorro, embarazo.