Por: Marijose Flamarique

Justo cuándo vuelvo a estar en el mercado laboral, me llaman de una empresa para un trabajo en un Centro Escolar de Tafalla. No pregunté ni en cual de ellos y dije que sí, claro, era jornada lectiva y en ese horario con todo el centro en funcionamiento iba a estar entretenida, pensé.

El día que puse los pies allí no conocía el centro de bachiller, nunca había estado en él, pero a los cuatro días ya estaba cómo pez en el agua.

Es curioso trabajar con tanta gente, con tantas personas que llevan a cabo sus labores particulares, compartiendo tantas horas al día y llevando la jornada con todas las ganas, entre profesores, alumnos, directivos, administrativos y conserjes… el total de la cifra es un número importante.

Entre ellos Manu, que con su bonita sonrisa parecía pasar desapercibido, pero para nada. Yo no le conocía de antes y conocí a un gran artista en manualidades, callado, discreto y muy trabajador.

Me decía: cómo te gusta el sol, pareces a las lagartijas. Él era trabajador cómo una hormiguita. Yo, que como buena lagartija voy a la piscina todo lo que puedo, fue allí donde lo vi por última vez.

Nunca había coincidido con él en la piscina, pero seguía con la sonrisa en su cara, como en ésta foto que otro Manu me hizo llegar. Gracias a los dos, he tenido la suerte de coincidir en esta vida con gente como vosotros.

Marijose Flamarique