Saioa Martínez
El olitense Alberto Chueca es de esas personas que a simple vista, sin conocerlo de nada, sabes que tiene un largo recorrido en la vida, con miles de anécdotas para contar y ser escuchadas. Fuera de las murallas olitenses puede ser que su cara no sea reconocida, aunque sus obras las hemos visto sin duda alguna en muchos rincones de la Comunidad Foral, tal vez sin saber que son suyas. En las siguientes líneas vamos a conocer alguna de esas historias que este vidriero de profesión y vocación tiene para contar.
Alberto nos recibe en su pequeño taller a la entrada de Olite, donde realiza el grueso de sus obras, y donde nada más entrar, se pude intuir que por esa mesa de trabajo han pasado innumerables obras de arte. “En el Instituto de Tafalla ya destacaba en lo que era dibujo artístico. De hecho, me pusieron un 10 y matrícula de honor. Por lo demás, suspendí hasta la gimnasia”, recuerda Alberto.
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