La caída de la Unión Soviética trajo consigo un nuevo estatus mundial en el que, por primera vez en la historia, una potencia hegemónica se alzaba sobre el resto sin competencia global.

Es lo que se conoció como el mundo unipolar, una nueva realidad en la que los Estados Unidos ejercían como soberanos frente a las demás naciones.

La borrachera de éxito no tardó en llegar. Algunos incluso concluyeron que se trataba del «fin de la historia», el momento culmen de la civilización en el que ya no habría que preocuparse por las disputas hegemónicas.

2021-08-26T12:38:54+00:00

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