Poca gente es capaz de apreciar el valor del silencio. Existen muchos tipos: desde el silencio incómodo al silencio necesario; del silencio incrédulo hasta el silencio que surge de la reflexión. Incluso existe el silencio de quien no tiene nada que decir.

Pero no hay silencio más simbólico que el silencio de quien se mira a los ojos en el espejo. Es simbólico porque representa muchas cosas, y porque plantea cuestiones sobre uno mismo que solamente uno mismo puede responder. Nunca hay que fiarse de quien no sostiene su mirada en el espejo.

Nunca hay que confiar en quien no es capaz de afrontar sus propios defectos mirándolos fijamente. El espejo devuelve una imagen física, pero es la psicológica la que más atormenta a quien aparta la mirada. Por inalterable. Porque no hay dinero que la pueda cambiar.

2021-08-26T12:38:54+00:00

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