En 1957 el archifamoso Charles Chaplin estrenaba su película Un rey en Nueva York, una sátira mordaz hacia los tópicos estadounidenses. En ella, hay una famosa escena en la que el protagonista, un rey europeo destronado que se encuentra de gira por Estados Unidos, y que es interpretado por el propio Chaplin; se encuentra con un jovencito de 10 años llamado Rupert (cuyo actor es Michael Chaplin, hijo de Charles) y que le es presentado como “historiador y redactor jefe de una revista”.
Cuando tienen su primer encuentro, el monarca se interesa sobre el libro que el chico está leyendo, a lo cual Rupert responde que se trata de un libro de Karl Marx. El rey, sorprendido, le pregunta si es comunista. El niño, mirándolo a los ojos, le contesta agudamente: “¿hay que ser comunista para leer a Karl Marx?”.
A continuación, ambos inician una discusión en la que el joven historiador plantea una serie de cuestiones relativas al ejercicio despótico del poder en los países “democráticos”.
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