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«Debemos aprender y trabajar para que cuando se vuelva a producir afecte lo mínimo posible a las personas»

Recién llegados al consistorio tuvisteis que afrontar una situación excepcional, la memorable riada del 8 de julio. ¿Cómo vivisteis aquel día y los posteriores?

La tormenta que descargó en Santa Brígida inundó la Avda. Peralta, por lo que toda la tarde estuvimos pendientes del nivel del agua. Una vez asegurada esa zona, hicimos ronda por los barrios y zonas susceptibles de ser afectadas por inundaciones: la Feria, el polideportivo municipal… viendo que todo estaba en orden tocaba el turno de atender la sala de máquinas de las piscinas completamente inundada por la tormenta.

Fue allí donde nos llegaron informaciones de los destrozos que había causado el río en Tafalla. Hacia las 22:00 y ante la falta de noticias oficiales llamamos a SOS Navarra para saber si podíamos hacer algo intuyendo lo que nos venía encima y nos dijeron que estaban reunidos analizando la situación pero que de momento no tenían ninguna directriz.  Al poco llamaron para señalar que la inundación era inminente y que avisáramos a la población “evitando alarmar”. Inmediatamente y en el coche de la policía municipal fuimos dando aviso por megafonía a los barrios donde podía afectar.

Zona inundada

Por desgracia a EVENA y al barrio de Venecia llegamos cuando el agua del Zidakos ya estaba allí, así que no dio tiempo a alertar más que en algunas calles, en otras ya fue imposible meterse. Sin embargo a otros barrios sí que se pudo avisar, lo que ayudó al vecindario a salvar al menos parte de los enseres y bastantes coches. La sensación de impotencia y la incertidumbre de lo que podría pasar nos tenían el corazón en un puño.

Los equipos de rescate de bomberos, protección civil de Milagro, Cruz Roja, DYA, Guardia Civil, Policía Foral y sobre todo Brigada municipal y valientes vecinos y vecinas, trabajaban a destajo sacando a gente atrapada en las casas. Se veían coches flotando y nadie sabía con certeza si podían llegar a estar ocupados. El desasosiego al ver el impacto destructor del agua y no poder hacer nada por frenarlo nos invadía. Esa noche creo que poca gente pudo dormir en Olite/Erriberri.

A la mañana siguiente bien temprano se convocó una reunión de emergencia de concejales y trabajadores del Ayuntamiento. Dividimos la parte afectada por zonas y nombramos concejales responsables para cada área. Intentamos organizar el desastre y que la gente tuviera un referente al que acudir. Se estableció un teléfono de coordinación, se hicieron listados de voluntarios que se repartieron por los barrios, se pusieron contenedores en todos los puntos para acumular los desechos y evitar zonas de acopio incontroladas, se repartieron herramientas de trabajo, se dieron bocadillos y agua entre los voluntarios y afectados, y se comenzaron las tareas de achique de agua y limpieza en las casas.

 

Efectos del Zidacos en la calle Ujué

Muchas infraestructuras públicas y privadas resultaron dañadas. ¿Cómo se encuentran actualmente?

Por desgracia cuando en marzo parecía que todo se iba a poner en marcha nos vimos afectados por el coronavirus, que paralizó la vida económica. Todos los procedimientos administrativos quedaron suspendidos. Hay que resaltar, en este sentido, que todavía desde el Estado nos están pidiendo documentación a los pueblos y que, por ese motivo, las obras no han podido salir aún a licitación. Por nuestra parte, tenemos las bases preparadas para que en cuanto nos den la autorización sacar inmediatamente las obras a concurso y comenzar el arreglo de las calles Molinacho y Ujue, puente de la Presa, caminos rurales y el resto de bienes perjudicados.

¿Qué ayudas se han recibido por parte del Gobierno de Navarra o el Gobierno Central? ¿Cuál es la situación económica actual del Ayuntamiento?

Cuando nos citaron a la  primera reunión en la Delegación del Gobierno central salimos todos pensando que las ayudas iban a cubrir el total  de los destrozos. Al poco nos dimos cuenta de que no era así. Es más, ahora nos han instado a solicitar de nuevo las ayudas estatales porque parece que el Gobierno de Navarra no se hará cargo de todo lo que avanzó.

Asimismo, se ha pedido a los vecinos que completen documentación pendiente para que el Gobierno foral autorice la devolución de la parte de la contribución urbana que les pueda corresponder.

La situación se ha complicado con la pandemia de covid 19 que ha influido en el cobro de tasas que se han dejado de percibir, en aplazamientos de pagos de impuestos y contribuciones, en el aumento de desembolsos derivados de la situación: limpieza extra de calles, colegio, escuela de música, casa de cultura, ayuntamiento, polideportivos, etc, mayor gasto en equipos de protección, apertura de piscinas con limitaciones y que implican más costos que hemos evitado repercutir en el usuario, etc

Muchas fueron las donaciones y los actos benéficos para paliar los daños de las inundaciones. ¿Dónde se han invertido?

Manejamos dos tipos de donaciones. Desde el grupo de Tafalla “Uholdeak/Riadas” se inició una campaña entre los ayuntamientos en la que se les instaba a aprobar mociones de apoyo económico con el mandato de que se repartiera entre todos los entes municipales perjudicados para arreglo de infraestructuras. La distribución se ha hecho en función de los daños cuantificados por el consorcio de seguros. Lo invertiremos en arreglo de infraestructuras.

En cuanto a las donaciones entre particulares, en mayo hemos recibido la última aportación que nos ha hecho el grupo Marea. Teníamos previsto un acto sorpresa más para recaudar, pero por la pandemia lo hemos tenido que suspender, así que damos por finiquitada la captación y en breve se hará el reparto a los afectados.

La Alcaldesa en una visita en zonas afectadas

¿Qué lección podemos sacar de lo ocurrido? ¿Se prevé tomar medidas para que no vuelva a pasar?

La lección que nos ha dado el río es que no podemos invadir su zona de influencia y que si lo hacemos sufriremos las consecuencias, ya que las inundaciones son cíclicas. Lo que tenemos que hacer ahora es aprender y trabajar para que cuando se vuelva a producir afecte lo mínimo posible a las personas.  Por otra parte, al poco de sufrir la riada, mantuvimos reuniones con el  Gobierno de Navarra y decidimos solicitar la inclusión de nuestra ciudad en el Plan de inundabilidad que se había puesto en marcha con anterioridad y del cual Olite/Erriberri había quedado excluido.

Ese plan lleva una serie de acciones para prever, para trabajar, para proteger, que se tienen que poner en marcha y que conllevan unos gastos. En el mismo año 2019 nos fue imposible acometer el proyecto pero que sí hemos incluido las correspondientes partidas presupuestarias en los de este año 2020. Ahora esperamos regresar poco a poco a la “nueva normalidad”, recuperar el pulso de la ciudad y retomar este asunto que ha estado parado estos meses.

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