“En pocas horas puedes pasar de estar viviendo el mejor momento de tu vida al peor”
Nuestro paisano Jorge Ferrer “Ferreti” ha participado en el famoso reality de supervivencia de Etb2 “El Conquistador del Caribe”.
Tras haber pasado más de dos semanas en Los Haitises (República Dominicana) haciendo frente al hambre, el sueño, las adversas condiciones climatológicas y haber ganado dos duelos con facilidad, decidió abandonar y dar por finalizada su aventura.
El equipo Yocahu lloró su marcha, pero él asegura que se siente satisfecho con su recorrido. Desde Merindad hemos querido entrevistarnos con el para que nos contase su particular visión del concurso.
¿Qué te ha parecido la experiencia?
Simplemente impresionante. A fin de cuentas, es algo que por ti mismo no puedes hacer: Vivir esa situación de supervivencia, conocer a otras personas en esas circunstancias…
El principio, por ejemplo, fue algo brutal. Nos dijeron que nos trasladaban a otro hotel cuando de repente nos hicieron saltar de la barca y comenzamos la aventura sin darnos cuenta.
Aquellos cuatro días en los que tuvimos que estar sin ropa o las noches del “Campamento de la locura” fueron salvajes, nunca había vivido nada parecido: teníamos que abrazarnos los unos a los otros para mantener el calor corporal.
Allí llueve casi cada 20 minutos por lo que teníamos que estar constantemente pendientes del fuego. Hubo gente que lo pasó realmente mal, pero una vez pasado diría que es de las mejores experiencias que me ha regalado el programa.

¿Cómo es el Conquis por dentro? Supongo que estaríais rodeados de cámaras…
En las pruebas sí, pero en el día a día nos visitaba solamente un redactor acompañado de dos cámaras. No hay ningún guión ni te mandan hacer ningún papel. Te hacen algunas preguntas y te mueven para las pruebas, pero la mayor parte de la aventura no sale en televisión.
Pasábamos muchísimas horas solos, totalmente a oscuras y sin apenas luz. En el “Muy Pobre”, que es un manglar, había una oscuridad total. Las noches eran eternas y apenas dormíamos un par de horas.
¿Es como lo imaginabas?
Para nada… Allí cada sensación se multiplica al cuadrado. En pocas horas puedes pasar de estar viviendo el mejor momento de tu vida al peor. Es muy importante saber canalizar esas sensaciones.
¿Qué comíais en el día a día?
El kit de comida, que este año no se conseguía hasta ganar alguna prueba de equipo, eran: un saquito de arroz, 6 latas de atún y 6 de sardinas, algo de polenta y un puñado de frutos secos.
Contando que hay que racionalizarlo para toda la aventura, al día comíamos poco más de media lata. Es un hambre constante.
¿Y eso cómo lo has llevado?
Fatal. Estar sin dormir y sin comer te cambia mucho el carácter. Ganar una prueba y no tener comida por ejemplo era un bajonazo.
¿Y los bichos?
Pues hay de todo lo que te puedas imaginar. Los jejenes eran como pulgas. Estás todo el día con picores, rascándote y con la piel muy débil. Era una locura, a su lado los mosquitos son una tontería.
Por lo demás, hay cacatas (arañas gigantes) o ratas, pero es algo a lo que te acostumbras. Después de estar durmiendo sin ropa en un manglar ya todo te da igual.

¿Qué es lo peor y lo mejor del Conquis?
Lo peor es que la aventura es durísima, te pone en tu lugar. A menos que tengas una mentalidad muy fuerte te acaba superando. Sin embargo, lo mejor es eso, lo positivo que sacas de esa situación tan dura.
Otro lado malo es el aspecto mediático, el tener que estar expuesto constantemente y convertirte de repente en una persona conocida. Yo alucino cuando la gente me viene pidiendo fotos, ¡si solo soy un pringado que ha salido en la tele!
Pero bueno, seguramente dentro de un tiempo la gente se olvidará. En general la peña es maja y te habla de buen rollo. En alguna que otra juerga incluso me han volcado barriles animándome a subirme encima.
¿Verte a ti mismo en televisión tampoco tiene que ser muy cómodo?
Sinceramente lo he llevado muy mal. Yo vine con una impresión del programa que no es la que vi en las pantallas. Además, ya ni me acordaba de muchas cosas que dije. Cuando llegaban los lunes temblaba, me sudaban las manos.
Cada vez que me veía soltando alguna tontería me sentía fatal, pero espero que la gente no piense que soy así, ya que cuando estas sin comer y sin dormir y te están constantemente pinchando es muy difícil mantener la compostura.
La aventura es durísima, te pone en tu lugar. A menos que tengas una mentalidad muy fuerte te acaba superando.
Me veía en la tele y me decía a mi mismo: “¡Cállate idiota, que tú estas allí, pero yo estoy aquí! Cómo me la estás liando…” (risas).
Después en el debate cuando tuve que recular lo hice, y pedí perdón. Al fin y al cabo, yo en mi día a día no soy así y el programa a veces solo saca lo que le interesa. Es verdad que en el plató me trataron bien, al final he hecho lo que he podido, nada más.
¿Cuál ha sido el momento más duro y cuál el más dulce?
Cuando se va un compañero se pasa muy mal. A mí por ejemplo me afecto mucho la marcha de Pedro, que veía con impotencia cómo no le podía ayudar. Cuando volví al campamento y Eneko no volvió también me hundí.
Con los duelos buscas subir la moral y cuando, una vez superado, ves que el compañero no vuelve pasas directamente a estar en la mierda.
¿Qué tal con el equipo?
El equipo de 10. Es lo mejor que me ha dado la aventura, sin duda, me marcho con amigos para toda la vida. Al final, a pesar de estar pocos días haces una relación muy estrecha. Compartes momentos muy duros, muchas horas juntos y te sinceras mucho con los compañeros.
La sensación de superar la tensión del duelo y ganarlo es un subidón tremendo
¿Y con las capitanas?
Con Andrea genial. El programa siempre la ha pintado mal, pero al conocerla personalmente te das cuenta de que es una tía fantástica. Es muy disciplinada y competitiva, pero era flexible como capitana, compartía las decisiones con nosotros y nos apoyaba en todo momento.
Arantxa era una persona muy divertida, aunque no te puedo negar que cuando llegó todos pensamos que la habían enviado al programa para crear conflictos y desgastarnos. Luego echábamos muchas risas con ella, es una tía guay, aunque es cierto que se cruzaba con facilidad. Pasaba del buen rollo a ponerse de mala ostia enseguida.
¿Y Julian y David?
Cuando salí de allí los quería matar, pero una vez fuera me parecen gente maravillosa. Al final están haciendo su papel, lo que la audiencia les pide. A todos nos gusta ver a Julian levantando ampollas. No obstante, creo que este año se han pasado un poco con el vacileo.
Para hacer frente a esos bajones de los que hablabas te ofrecías constantemente voluntario para ir al duelo. Los dos en los que participaste los ganaste con facilidad, ¿Cómo es esa sensación?
Pues quieras o no al principio vas acojonado y se sufre mucho. Con el de los barriles, por ejemplo, sentí una frustración impresionante, además que quedó clara mi poca paciencia.
En el de las cajas anduve más cómodo, aunque al principio me apuré porque al ser daltónico no diferenciaba el color de mis cajas. Iban fue un ayudante de diez. De todas formas, la sensación de ponerte a prueba y terminar ganando es una puta pasada.

Sin embargo, a pesar de que mostraste unas cualidades físicas muy buenas, de repente decidiste marcharte. ¿Por qué?
A mí me pasaban mucha factura las horas muertas, además, ya se vio que emocionalmente soy una montaña rusa. No fue una decisión repentina ya que lo venía pensando desde unos días atrás.
Lo de Eneko me tocó mucho. Lo de los capitanes también me afectó. Ver que con nosotros venía Aitzol, que era un txapeldun, pero no sabía nada del programa, y que en los otros dos equipos estaban Nakor y Seleta me dio mucha rabia.
Además, veníamos de estar un día entero en el campamento muy pobre. Esa noche ya decidí que no quería seguir, tenía la cabeza más fuera que dentro.
¿Te arrepientes de haberte marchado?
Para nada. Incluso ahora cuando me lo pregunta todo el mundo no me sale decir que sí. Lo veo por la tele y al acordarme de lo mermado que estaba no siento ningún remordimiento por haberte ido.
¿Qué consejo le darías a alguien que va a concursar en el Conquis?
Lo primero es tener claro de que quieres ir, ya que vas a pasar mucho rato allí. Después, es cuestión de fijarte una meta. Puedes ir a vivir la aventura o a ganar. Si vas a vivir la experiencia haz lo que te salga. Si vas a ganar mantente callado y prudente, que ya llegará tu hora.
¿Quién crees que ganará la última ikurriña?
Diría que Iban. Aunque cualquiera de los Yocahus como Iker o Jokin es un rival fuerte, o chicas como Line o Ainize también.